CARMEN OCAMPOS  |  Madrid, 05/10/2010

Bernard Schwartz nació en 1925 en el Bronx de Nueva York, en el seno de una familia de judíos húngaros. En la Segunda Guerra Mundial se alistó en la Marina norteamericana y combatió contra los japoneses, en sus memorias escribiría que uno de los grandes momentos de su vida fue ver la rendición del Imperio de Japón.

Al finalizar la guerra volvió a los Estados Unidos y se apuntó a clases de interpretación en Nueva York, donde conoció a Walter Matthau ('La extraña pareja' de B. Wilder, junto a Jack Lemmon), tenía entonces 22 años y una gran belleza. Poco después ya estaba actuando en teatro y allí le descubrieron y la Universal le ofreció un contrato. Fue entonces cuando cambió su nombre por el de TONY CURTIS. En la década de los 40 participó en bastantes películas y se curtió como actor secundario.

Ya en la década de los 50 llegaron sus primeros papeles protagonistas en 'Su alteza el ladrón' en 1951, de Rudolph Maté, o 'El hijo de Ali Babá' en 1952, de Kurt Neumann. Conoció a la que sería la primera de sus seis esposas, Janet Leigh, inolvidable protagonista de 'Psicosis' (1960) y madre de su hija Jamie Lee Curtis, conocida actriz de Hollywood. Junto a Janet protagonizó 'El gran Houdini' en 1952 donde Curtis daba vida al mago.

Comienzan sus años dorados, protagoniza junto a Burt Lancaster y Gina Lollobrígida 'Trapecio' en 1956, donde interpreta a un joven trapecista que viaja a París para entrenarse y lograr el triple salto, allí entrena bajo la dirección de un trapecista (Burt Lancaster) que se lesionó haciendo el triple salto, se forma un triángulo amoroso cuando entra en el circo una joven trapecista (G. Lollobrígida). Un año después, en 1957 volvió a actuar junto a Burt Lancaster en 'Chantaje en Broadway'. En 1958 protagoniza junto a su entonces mujer Janet Leigh 'Los vikingos', interpretada también por Kirk Douglas y Ernest Borgnine y que como su título nos da a entender va de vikingos. Ese mismo año, 1958, rodó junto a Sidney Poitier 'Fugitivos', de Stanley Kramer, que le valió su única nominación a los Oscar, cuenta la historia de dos prisioneros que se escapan juntos porque tienen el inconveniente de que están esposados.

Y por fin en 1959 llega esa inolvidable película que es 'Con faldas y a lo loco' de Billy Wilder, junto a Jack Lemmon y Marilyn Monroe (considerada por algunos como un remake de la película alemana 'Fanfaren der Liebe', dirigida por Kurt Hoffmann en 1951, que cuenta una historia similar sin gánsteres, pero eso es lo de menos). 'Con faldas y a lo loco' (conocida en Méjico y Argentina como 'Una Eva y dos Adanes') nos cuenta la historia de dos músicos, Joe (Tony Curtis) y Jerry (Jack Lemmon) que son testigos de la Masacre de San Valentín hecha por la mafia en Chicago en 1929, son perseguidos por los gángsteres que quieren deshacerse de ellos y al no tener dinero para huir de Chicago, se disfrazan de mujeres e ingresan en una banda de música de chicas. Se dice que Marilyn Monroe tuvo serios problemas para recordar su texto y que faltaba continuamente al rodaje ya que estaba embarazada en aquellos momentos. La película contiene varios guiños a algunas películas de gángsteres de los años 30. Aquí, Marilyn canta la inconfundible 'I Wanna Be Loved By You', que hizo mundialmente famosa. Tuvo varias nominaciones a los Oscar (Billy Wilder, mejor director y mejor guión, y Jack Lemmon, mejor actor) y fue premiada con el Oscar al mejor vestuario y con los Globos de Oro a la mejor película, a la mejor actriz (Marilyn Monroe) y al mejor actor (Jack Lemmon). De esta película es la célebre frase "Bueno, nadie es perfecto".

En 1960, Curtis participó en 'Espartaco', con Kirk Douglas en el papel protagonista y que cuenta en el reparto con actores del talento de Sir Laurence Olivier, Jane Simmons y Peter Ustinov, dirigida por Stanley Kubrick (director también de 'La naranja mecánica') cuenta la historia del esclavo Espartaco que lidera una rebelión de esclavos que con el tiempo llegará a amenazar la misma Roma. Censurada después de su estreno fue proyectada de nuevo en 1967 con 23 minutos menos que la original, en 1991 se restauraron esos 23 minutos y otros 14 que habían sido censurados antes de estrenarse, la parte censurada incluía varias secuencias de batallas violentas y una escena en el baño en la que Craso, general y patricio romano (interpretado por Laurence Olivier) intenta seducir a su esclavo Antonino (el bello Tony Curtis), usando la analogía de "comer ostras" y "comer caracoles" para expresar su opinión de que la preferencia sexual es cuestión de gustos más que de moralidad. Cuando la película fue restaurada, habían pasado dos años de la muerte de Laurence Olivier y faltaba el audio original del diálogo de esta escena, por lo que tuvo que redoblarse, Tony Curtis pudo doblar su papel pero la voz de Laurence Olivier tuvo que ser imitada por Anthony Hopkins.

En esta década se divorció de Janet Leigh y comenzó su declive. En 1965 protagonizó la comedia 'La carrera del siglo' de Blake Edwards, en 1968 puso la voz en 'La semilla del diablo' de Roman Polanski y protagonizó la que sería su última gran interpretación en 'El estrangulador de Boston' de Richard Fleischer, donde daba vida al famoso asesino, pero no consiguió levantar su carrera.

En la década de los 70 se dedicó a la televisión y participó en varias series de éxito como 'Los persuasores' junto a Roger Moore e hizo un cameo en la serie de dibujos animados 'Los picapiedra', poniendo voz al personaje Stony Curtis. En la década de los 80 se dedicó a la pintura.

Curtis estaba obsesionado con el Oscar y se rumorea que fue la causa de su divorcio de Janet Leigh en 1962. En la lápida del cineasta Billy Wilder se lee: "Soy escritor, pero es que nadie es perfecto". Hace tiempo, Tony Curtis prometió que en su lápida grabarían la frase "Tony Curtis: nadie es perfecto".