KINA JARAÍCES  |  Madrid, 31/01/2019

No sé cómo se las apaña David Luque que siempre me hace llorar. Esta vez ha sido de risa. El actor madrileño protagoniza 'NEKRASSOV', la única comedia que escribió Jean-Paul Sartre para hacernos reflexionar, de forma satírica, sobre la manipulación de la información y la propaganda política, un mal endémico también presente en los regímenes democráticos.

"Que la guerra se aleje, pero no en primera plana. En primera plana el peligro de la guerra aumenta".

El texto, a pesar de estar escrito en 1955, en plena Guerra Fría, logra que las preocupaciones existencialistas del escritor francés se transparenten con las que ahora ocupan nuestro día a día utilizando géneros teatrales como la farsa y el vodevil. Sartre nos regala una ingeniosa joya que camufla el contexto en algo simbólico para convertirlo en universal. Pero este logro no solo es debido a la maestría del que rechazó el Premio Nobel sino también a la adaptación de Brenda Escobedo y la dirección de Dan Jemmett. Y, desde luego, a un magnífico elenco de actores habituales en La Abadía: Ernesto Arias, soportando el enorme peso de una función cómica que cuenta con más de dos horas de duración; David Luque, tan divertido como soberbio; José Luis Alcobendas, de premio; Clemente García, camaleónico; Palmira Ferrer, ofreciéndonos el "más difícil todavía"; Miguel Cubero, tan versátil que casi parece un dibujo animado y Carmen Bécares, salvando con nota el papel de Veronique, el menos agradecido de toda la obra.

La función, quizá un poco larga pero desarrollada con muy buen ritmo, transcurre con una brillante puesta en escena digna de su contemporánea Nouvelle Vague: con actores que son a la vez espectadores. Y también podíamos contarles el argumento, pero preferimos que descubran por sí mismos la ligereza de reflexionar a golpe de carcajada.