JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 09/12/2018

DANIEL HIGIÉNICO nunca nos frecuentó mucho, la última vez y con un entreacto de décadas fue en el pasado Abril para Vivir, invitado por Pedro Chillón junto a Pablo Carbonell en la noche 'Heterodoxos'. El inclasificable cantautor catalán/mallorquín estará, ¡dónde si no! en la J&J hoy 9 de diciembre (22h) con su Blues Experience de un sola capa, esto es, él solo.

Daniel Higiénico es uno de esos personajes que habitan ajeno al mundanal ruido, sus pompas y sus fastos. Cambió en su momento la mecánica de automóviles por la mecánica de canciones y antes de que finalizara el siglo tuvo su muy merecido espacio de popularidad con la Daniel Higiénico y la Quartet de Baño Band, muy próxima al concepto del poprock deslenguado de La Cabra Mecánica, y como el Lichis también inició el siglo con su propio nombre.

Precisamente el nunca bien ponderado Lichis se hizo cargo de la trastienda de '6.000 millones', un disco en el que el sin par Daniel Soler (¿lo habíamos dicho? es su nombre "extraoficial") arrimaba su mordacidad a las música negras, del jazz, swing, dixieland, cabaret, sonido New Orleans, etc., en las que insiste con su proyecto 'Blues Experience', su nuevo disco tras seis años rumiándolo. En este tiempo el polifacético "cantactor" siguió actuando con diversos formatos, ha escrito una novela ('El Paseo Infinito') y un libro de micro-relatos ('Club Columbia'), y ha estrenado varios espectáculos teatrales, entre ellos un espectáculo de performance-cabaret.

Sobre este trabajo Daniel asegura que "nació espontáneamente charlando con mi amigo David Sam: montar una buena banda de blues y componer mis canciones sobre bases de clásicos del género (componiendo libremente sobre los diversos estilos y las infinitas formas de interpretarlo)", así fue su conversión al blues, y sin vender el alma al diablo en ninguna rotonda y "enseguida empezaron a surgir ideas sobre estilos, canciones, músicos en los que inspirarse... Al día siguiente ya había hecho el boceto de un par de canciones y me sentí muy cómodo cantándolas. Las letras surgían con facilidad. Todo cuadraba. La verdad es que me emocionó haber encontrado por fin el camino. Fue como encender una mecha, y me di cuenta de que había encontrado la forma de expresar lo que quería contar". Y es que el blues sigue siendo el fondo de todo, en este caso el fondo a la izquierda.