VALLE  |  Jaén, 05/08/2018

No creo en las brujas, pero haberlas haylas. Las brujas son seres que parecen una cosa y luego son otra. Te sientes seguro en su belleza y en su aparente fragilidad mientras te van envolviendo en su hechizo. Y, aunque vas viendo cómo crecen las verrugas de su cara, llega un momento en el que no puedes salir de ese embrujo. Bueno, a no ser que tengas muchas ganas de ver a los 091. Pero no nos desviemos de la cuestión. El caso es que los cuentos tradicionales infantiles están llenos de brujas. A mí el que más pavor me daba es el de 'Hansel y Gretel' porque pensaba que, con lo chocolatero que soy, era imposible no entrar en aquella casita-trampa. Sin embargo, también hay brujas buenas como Caperucita Roja (si lleva capa y caperuza es una bruja). Las buenas son seres que no saben que son tan valientes y poderosas hasta que un lobo se aprovecha de su belleza y de su aparente fragilidad.

'La bruja' es el primer tema de los cinco que la explosiva y flamante banda HABITAR LA MAR ha grabado junto con cinco videoclips que, en mi opinión, nos narran una nueva y actualizada versión del cuento de la Caperucita Roja. Un completo EP audio visual al que han llamado 'La Deriva'. 'La Deriva' es un trabajo artístico pensado para la estimulación de todos los sentidos que deja al oyente-espectador satisfecho de sensaciones y seguro de convertir a estos andaluces en uno de sus grupos de cabecera. La Caperucita de Habitar la Mar no empieza por el principio ya que, en el mencionado primer corte, el lobo ya devoró a su abuelita, a su pasado, a su raíz, a su personalidad. De igual modo, disfrazándose, ya consiguió engañar a la niña. Sin embargo, en esta primera canción, aunque nos muestra a una Caperucita destrozada mientras vive en el más absoluto infierno por estar sometida a una terrible violencia psicológica y física, también nos descubre cómo ella, por fin, le ve las orejas al lobo y empieza a convertirse en bruja.

En el siguiente videoclip, se revela la verdadera personalidad del lobo feroz que, refugiado en el sarcasmo y bajo una terrorífica sonrisa, se va envenenando hasta explotar en 'La Ira'. Una inquietante canción que, como todo el disco, no os dejará indiferentes.

En 'El fuego', Caperucita, envuelta en la locura que le ocasiona el maltrato, toma conciencia de saberse bruja y, haciendo sus brebajes, se da cuenta que ya no queda nada que salvar y que todo se quema. Pero, por fin, en 'El Colgado', el penúltimo y expectante tema, emerge la figura de el leñador que, tras ver a nuestra bruja Caperucita al borde del acantilado, está convencido de lo que tiene que hacer y, en la última canción, la revolucionaria 'El Pacto', pasa a la acción y protagoniza una encarnizada lucha contra el lobo. A partir de ahí, todo cambiará.

Los videoclips están realizados por The Braves Church y, el de 'El Fuego', también por Manu Rosaleny. Cuentan con la brillante interpretación de la enigmática Marta Moreno Ruiz (Caperucita), el terrorífico Rubén Maldonado Ramírez (Lobo) y el héroe José Luis Moreno Ruiz (Leñador).

Las poderosas letras están escritas por el versátil vocalista de la banda Juan Soler "Kantz" que, acertadamente, ha elegido textos abiertos para darnos la libertad de interpretarlos como nos plazca. Sé que muchos de vosotros, sin duda, verá mensajes políticos y paralelismos de nuestra sociedad en muchas de sus frases. Pero, como según la absurda ideología de cada cual, el lobo feroz será una cosa o lo contrario, yo, para que me engañen con cuentos, prefiero los tradicionales cuentos de toda la vida.

En el sobresaliente apartado musical se oye un noise rock o un grunge influenciados por el punk. Sin embargo, no parece que sean los popularizados en los noventa por Pearl Jam o, después, por Foo Fighters. Es algo más primitivo, más crudo, más salvaje. Suena, por decir algo, a Scratch Acid o Green River. No obstante, no creo que los consumados guitarristas Frego y Kike Gutiérrez hayan pensado en estilos para afrontar este trabajo. Ha sido, más bien, una idea virgen que se ha ido desarrollando, sin estribillos ni estructuras fijas, en rápidos latigazos, descargas directas, gritos, rabia no contenida y, al final, suena a lo que suena. La perfecta base rítmica de Habitar la Mar es culpa de José Miguel Ocón al bajo y de Paco Reig a la batería. Parece obligado decir que todos ellos vienen de extraordinarias bandas como El Gran Oso Blanco, De la Cuna a la Tumba, Oddhums o Xkrude. Sin embargo, no es el reconocido pasado o la larga experiencia lo que hace de 'La Deriva' un álbum imprescindible sino la ilusión y las ganas que Habitar la Mar ponen en su música. Y, si hay que dar titulillos, como ya soy muy mayor, me tenéis que permitir el capricho de deciros que Paco Reig y Kike Gutiérrez para mi siempre serán el batera y el rubio de los Fallos Técnicos con los que disfruté en cada uno de sus conciertos y tuve el honor de compartir escenario, fiesta y pasión por aquellos pueblos jiennenses con mis fracasados pero vibrantes Reyes sin Reino.

En definitiva, Habitar la Mar con 'La Deriva' nos ofrece un completísimo trabajo audio visual en el que, además de oscuros y concienzudos videoclips, encontraréis un indispensable rock directo y pasional que denuncia, entre otras cosas, la cruel lacra de la violencia de género que nos asola pero en donde, afortunadamente, emerge la figura del Leñador. Porque, en este bosque de Caperucita no todos son lobos y, como en cualquier bosque, lo que más hay son árboles. Así que, por simple aritmética, abundan muchísimos más leñadores que lobos. Leñadores preparados para luchar contra los lobos y dispuestos a proteger, cuidar y amar a otras leñadoras y brujas que, aunque no creo en ellas, haberlas también haylas.