IÑIGO DE AMESCUA  |  Madrid, 04/04/2010

A mí me gustan las sorpresas. Ir a un concierto sin saber muy bien qué te vas a encontrar y llevarte una alegría porque has pasado un buen rato escuchando buena música y descubriendo a unos tipos que hacen algo diferente. Eso me pasó con FRÀNÇOIS & THE ATLAS MOUNTAINS. Su rollo es divertido, variado y muy fresco... una mezcla entre la chanson francesa contemporánea un poco a lo Domique A con percusiones africanas (djembés, calabazas, semillas y esas cosas) y mucha intensidad. También tiene sus toques a lo Sufjan Stevens o a Beirut, para que te hagas una mejor idea. Lo que hace posee una especie de urgencia e inmediatez que logra capturarte aunque vayas de mal talante a un concierto, o con pocas ganas. Resulta que François es un francés que vive en Bristol y edita su trabajo en España con Lejos Discos (que también editan a Úrsula o Pumuky). Y tiene canciones muy chulas: 'Be Water (Je suis de l'eau)', 'Remind' o 'Tour de France'. Además, en concierto, todos saltan y se cambian los instrumentos entre canciones y bailan descalzos como monos sin importarles la pose lo que añade mucha espontaneidad a sus actuaciones. Su último disco se llama 'Plaine Inondable' y está muy bien, la verdad. Tienen mucho encanto estos chicos.

LACROSSE también fue una sorpresa, a su modo. Ya les había visto otra vez en un escenario mucho peor y me parecieron una castaña. Nada que ver esta vez. Los suecos, que acaban de publicar su segundo disco, 'Bandages For The Heart', estuvieron muy divertidos, muy bailones y realmente revolucionaron la sala... incluso sonaron bien en un lugar en el que, normalmente, nadie lo hace. Hubo momentos en particular que los de la pandilla fueron capaces de elevar a la gente y poner a todo el mundo a saltar con ellos. Cierto es que todo el público tenía ganas pero ellos se lo curraron y sus canciones ayudan, sin duda. La forma en que las defienden también. Con su punto desquiciado, gritando como locos y brincando. Además, contaron con la extraña ayuda de una bailarina de flamenco y de un amiguete vestido como un extra de 'Miami Vice' que subió a bailar como un robot, o como el gogo de los Happy Mondays, y que luego tocó la melódica y las maracas y no sé que más cosas... Casi tiran las columnas de la sala.