VALLE  |  Madrid, 20/06/2020

"Esa es la luz". Tras una semana entera para rodar una escena de apenas unos segundos en la que la actriz Kim Novak miraba un retrato, el maestro del suspense solo pudo decir esta frase. Por fin encontró esa iluminación. La que él esperaba, la que, quizás, observó en algún momento de su vida o, tal vez, la que había soñado. Así, con ese mimo, Alfred Hitchcock creó una película que, después, revolucionaría el cine y que, para muchos expertos, es de las mejores de la historia: 'Vértigo'.

Con unos golpes de batería muy de suspense, los gaditanos de TURMALINA empezaban un refulgente concierto el pasado domingo 8 de marzo en la sala Rockville de Madrid. 'Vértigo' fue también la canción elegida para aparecer en escena. El hit de su segundo y último álbum 'Vértigo y Victoria' y, sin duda, el mejor interruptor para encender esa luz que solo ellos saben fabricar con su música. Una luz que nos iluminó durante todo el recital con los inspirados temas del mencionado disco pero, también, con los más emblemáticos de su primer trabajo. En uno de ellos, en 'La pareja del año', la carismática y magnética vocalista Ángeles Jiménez aprovechó para pronunciar unas palabras conmemorando el Día de la Mujer y, personalmente, le agradezco que se acordara de los hombres que, en su mayoría, de igual manera apostamos por la igualdad.

Turmalina, uno de los grupos con más matices y cambios de intensidad del indie actual, nos deleitaba con un poderoso directo en el que, además, nos sobrecogían con una gran dosis de energía, esplendor e, incluso, misticismo. Tuvieron a bien regalarnos una prometedora e inédita canción llamada 'Glaciares' que empezaba con esos acordes al aire a lo Héroes del Silencio. La voz de Ángeles nos envolvía, sus desatados movimientos nos contagiaban al baile y, con progresivas guitarras y originales sintes, nos transportaba junto a Pablo Donato Pablos (el otro compositor de la banda) a un intimista y emocionante universo embellecido a través de sugerentes textos y que palpita vivo gracias a la potente base rítmica de Fran Garrido al bajo y Pablo García a la batería.

El concierto fue una espiral ascendente que tuvo su momento álgido con la impresionante canción 'Leteo' que, como no podía ser de otra manera, nos cautivó y terminó, muy exitosamente igual que su disco, con una espectacular 'Victoria'.

Así, el pasado domingo 8 de marzo, Turmalina creó una atmósfera que solo está al nivel de los grandes maestros del suspense y, embelesado, como ya hiciera Hitchcock, solo pude decir: "esa es la luz".