VALLE  |  Jaén, 06/08/2020

Es bastante preocupante. Resulta que los astrónomos han descubierto que el disco de la Vía Láctea está torcido. Seguramente esto es debido a una antigua colisión con la galaxia de Sagitario que linda con la nuestra y, aunque ese combate cósmico se sigue produciendo, los científicos intentan tranquilizarnos y declaran que estos hechos no alterarán la vida en nuestro planeta porque la Vía Láctea terminará absorbiendo a Sagitario en tan sólo unos cuantos miles de millones de años. Sí... supongo que ahora estáis pensando lo mismo que yo y, tras la noticia, os ha entrado la misma inquietante preocupación... ¿Qué pasará con el montón de personas que ha nacido entre el 23 de noviembre y el 21 de diciembre bajo el signo de Sagitario? ¿Se quedarán sin personalidad?

Personalidad, desde luego, no parece que les falte a los chicos de ESTOCOLMO ahora que he disfrutado de su primer EP homónimo al grupo. Un trabajo grabado en los estudios LojaSound de Julián Méndez (Los Planetas, Lori Meyers o, entre otros, su proyecto Checopolaco) después de que éste los escuchara y mostrara todo su interés en apoyarles. Un álbum que muestra un estilo indie inconfundible en el que, sin embargo, florecen las diferentes influencias de sus componentes en los arreglos, la estructura y los efectos. A las lógicas huellas de grupos como Izal, Love of Lesbian o Vetusta Morla, destacan brillos de espejo en U2, Foo Fighters, Depeche Mode, Radiohead o Golpes Bajos. Unas mezclas enriquecedoras que desembocan en un sello propio con la exitosa fórmula de estrofas melódicas y estribillos explosivos.

Una banda compacta y unida que, sin grandes artilugios y con esa mentalidad de equipo en la que nadie destaca más de la cuenta para cumplir con el objetivo final, está compuesta por Miguel Villar a la batería, Salva García al bajo y coros, Paco Peñuela a la guitarra y Salva Lara a la voz y a la guitarra. Ellos son los culpables de que os emocionéis con 'Sigo soñando', de que bailéis con 'La Espiral', de que reflexionéis con 'Muros y raíces' y, sobre todo, de que os rebeléis en contra del individualismo impuesto con el gran tema 'Jantelagen'. Una canción de amor/desamor que se basa en la ley de Jante descrita por el escritor Aksel Sandemose en su novela 'Un refugiado sobre sus límites'. Porque, particularmente, agradezco que este disco esté plagado de matices románticos de los de siempre. Sé que puedo ser criticado pero, desde hace unos años, se ha puesto de moda lo de los coaches con su filosofía basada en la autoestima y en la no necesidad de nadie para ser feliz. Todo esto, en muchos ámbitos, puede ser realmente útil e, incluso, me considero seguidor de algunos de estos predicadores de nuestro tiempo. Sin embargo, en el campo de las relaciones sentimentales, se tiende a poner el amor a uno mismo por encima de todo. Se tiende, también, a resistirse al enamoramiento porque, según estas ideas, todo el amor que se necesita está en nuestro interior. No estás evolucionado si sientes la ausencia de la persona amada y, por supuesto, esta persona no es especial porque, claro, la única persona especial eres tú mismo. En fin, nuevas filosofías que, mal entendidas, acabarán con el romanticismo y, si eso ocurriera, ya en serio, es bastante preocupante.