JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 02/03/2018

"Soy un hombre enfermo, el blues es mi enfermedad", cantaban en su primera canción los cántabros DELTONOS, cuya cabeza visible, entonces y ahora es el berlinés Hendrik Röver. Su seriedad y profesionalidad recuerda a la de Lapido, y como él, ha tirado delante de una carrera impoluta, de culto y lujo, cuya última entrega es el álbum homónimo, 'Los Deltonos', acompañado del regalo en su web de un álbum de esbozos y otro en directo. Es solo rock and roll de muy alto octanaje, ¿no es suficiente?

- Leo que han hecho algunas actuaciones de cuando los enfermos eran tres... ¿Va a seguir por más lugares?

- En principio no. Es un menú especial fuera de carta. Lo normal es servir los platos de temporada, frescos y pletóricos de #GrasaSaludable.

- Treinta años después... ¿la enfermedad remite o es ya crónica?

- Como concepto es indestructible. Como realidad uno convive con ella sin problema. Es una fuente de energía inagotable.

- Les recuerdo de entonces tocando en los sitios más insólitos, ¿fue un buen aprendizaje tocar, tocar y tocar, y volver a tocar?

- No existe alternativa a la insistencia y la práctica. La única manera de hacer callo es coger la pala una y otra vez y cavar tu propio camino al sol.

- Y si no había argumentos nuevos se inventaban giras de versiones, ¿inventaron el circuito de "covers" también?

- Pues no sé si inventamos algo, pero había bastante de intención didáctica en aquellas giras. Tocábamos sobre todo canciones "escondidas" y muy pocos "clásicos". Sí, jóvenes, en aquella época se descubrían canciones y artistas por recomendación directa. La barra del bar como Blog...

- Compañeros de muchas curvas fueron Marañones, Lagartija Nick, y Sex Museum... y todos siguen en activo... ¿De qué madera están hechos ustedes?

- Una mezcla variable de inconsciencia y tozudez seguramente.

- Veo que han puesto en su escaparate web maquetas y demos y algún concierto entero... ¿Terminarán desnudándose integralmente como Neil Young en la red?

- Antes de tener el estudio éramos muy poco prolíficos y hay poco que descubrir. Pero no tenemos ningún problema en mostrar los orígenes de las canciones.

- Viven lejos de toda campaña de promoción de sus discos... ¿Echan de menos la máquina publicitaria de las compañías antiguas?

-Ahora mismo una campaña a la vieja usanza no tendría sentido. Todo ha cambiado y las herramientas son distintas. Es impagable el momento en que te das cuenta de que lo que te vendieron como presupuesto para promoción en realidad lo tienes que pagar tú. (Risas) Hoy en día se trata de menos dardos pero certeros.

- Si bien ustedes fueron (de) los primeros en enfrentarse a los contratos esclavistas...

- Con mucha ingenuidad (y así nos fue) pero sí. Bajamos con inocencia de las montañas y hubo que aprender por las malas. ¡Pero nos convirtió en indestructibles!

- Me fijo en el año pasado y han estado hiperactivos en muchos frentes... ¿optimización de recursos o ataque de creatividad?

- Optimización. Hasta que no inventen el día con más horas hay que utilizar sabiamente lo que hay. Todos andamos en proyectos varios y una buena sincronía es indispensable.

- Como productor... recomiéndenos por favor algunas delicatessen que hayan pasado por su estudio.

- Soul Jacket, Juanjo Zamorano, Óscar Avendaño... Ahora sale también el nuevo de Los Chicos.

- Este disco como los que le preceden están grabados en GuitarTown, su laboratorio/local/estudio, pero ese título ¿tiene algo de refundación?

- En ningún sitio como en casa. Siempre andamos maquinando... Hubo un poco de eso al titularlo. Nueva formación (Javi Arias, sin relación granadina (risas) a la batería) y con ello una visión fresca y renovada, aparte del hecho de no tener ningún disco homónimo nos decidieron.