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El Club del Aguante | Michi Mapache | Pedro Dakota | Rafa Hidalgo
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Michi Mapache es el cantante y guitarrista de los jiennenses El Club del Aguante. Junto a Pedro Dakota y Rafa Hidalgo han formado un trío del que emerge una música viva y sincera, arraigada en el country folk norteamericano. Nuestro redactor Valle le entrevista.
No puedo evitar preguntarme por qué me he metido en estos berenjenales de escribir sobre música. Y es que, aunque a veces lo disimulo bastante bien, habitualmente me doy cuenta que no tengo ni idea. Eso me suele pasar cuando me enfrento a bandas y a músicos evolucionados que experimentan y no tengo adjetivos para describir qué plantean. Así que no me queda más remedio que escuchar mis discos más antiguos para comprender de dónde viene esa evolución y me pongo a mi Charlie Parker, a BB King, a mis Stray Cats e incluso a La Frontera.
En una de estas, buscando Country Folk, me encuentro con EL CLUB DEL AGUANTE. Empiezo a escucharlos y me encantan. Es justo el sonido que buscaba pero... No puedo dejar de mirar la foto del cantante y...
¡No puede ser! ¡Es él! Abro mi vieja mochila de los recuerdos y sí, es él. ¿Cómo es posible que ahora haga esto? ¿Cómo es posible que nunca hayamos hablado? Tengo que entrevistarle como sea...
- Michi, yo siempre estaba en la primera fila de tus conciertos con menos de 20 años en una época en la que Jaén tenía muy buenos grupos pero muy definidos: rockabillys, heavys, rock de garaje y algún punk. Tú, con mis míticos Marcando en Arabia, eras por tu originalidad y frescura mi guitarrista de vanguardia. Ahora a mis cuarenta y tantos vuelves a entrar de lleno en mi vida pero, increíblemente, lo haces protegiendo mi retaguardia, mi base; con dos preciosos trabajos de Country Folk, Blues... ¿Qué ha pasado? ¿Qué me he perdido?
- (Risas) Nada, hermano, o, mejor dicho, muchas cosas. Pero tiendo a olvidar. Así que digamos que la vida siguió y la música siguió sonando.
- Tras tu huida de Marcando en Arabia, al principio te eché mucho de menos en la escena. Pero luego el tiempo es cruel y, como tú dices en tu 'Fado de las tabernas', dejaron de sonar las alarmas cuando te alejas y casi me olvido de ti. ¿Qué pasó durante todos estos años de silencio?
- Bueno, soy amante del silencio, siempre que esté afinado (risas). Supongo que sentí algún tipo de llamada y me alejé de la banda. En esos años estudié muy a fondo el rock en español, el mundo de las drogas, la psicología canina y también felina. Cambié la eléctrica por la acústica para no hacer tanto ruido y cuando sentí que tenía algo que contar empecé a escribir canciones otra vez.
- Después he leído que conociste a Pedro Higueras (Dakota) por un oportuno y afortunado error. Pero me puedes contar cómo fue ese error y ¿qué pasó para que hubiera esa conexión entre vosotros que se plasma en todas vuestras canciones?
- Supongo que mi compadre y yo, al que llamo "nuevo hermano" desde nuestro primer bolo o "jefe Pedro" cuando se pone a los mandos de la mesa, ya nos conocíamos hace tiempo pero no nos habíamos dado cuenta (risas). La historia es que me llama un baterista que quería montar algo pues estaba solo y la batería más sola y después de nuestro primer encuentro en un bar se me queda mirando y me dice... "Michi, pero si pensaba que había llamado a (alguien con un nombre parecido)". Seguimos bebiendo pacharán, riendo y nos fuimos a tocar para pasar una tarde rockeando para celebrarlo, pero, claro, faltaba un bajo ahí. Así que mi amigo Nico se va de borrachera y se encuentra con Pedro Dakota que andaba como podía por una feria en Los Villares, entre vasos, botellas y trabalenguas y quedan para un próximo ensayo y es entonces cuando tocando alguna de Lapido salta la chispa. Esa banda no llegó a nada. Después estuvimos trabajando temas durante un par de años en el sótano de Pedro. De ahí el titulo del primer disco 'Desde un sótano con vistas'. Una etapa muy guapa de composición. Yo llevaba las canciones desnudas, a voz, guitarra y armónica y él terminaba de darle forma. El maestro Dakota tiene un talento especial para la producción y una mesa muy antigua pero con un duende impresionante para lo que era nuestra idea en cuanto a sonido. En fin, supongo que fue esa canción la que nos conectó. Hablaría de sueños rotos o imposibles.
- En 2015 grabáis un ensayo en riguroso directo y sale un discazo con 14 temas que, como has dicho, se llama 'Desde un sótano con vistas'. Es maravillosamente íntimo y evocador. Se puede escuchar vuestra respiración, vuestro aliento. Me gustan todas las canciones pero 'La banda del cojo', con esa cadencia nostálgica, pandereta incluida, esa melodía y esa letra, se ha convertido en uno de mis temas de referencia. ¿Qué me puedes contar de este disco? ¿Qué supuso para ti?
- Supuso el reencuentro con el oficio de escribir canciones. Lo grabamos cuando pensamos que había canciones importantes para mostrar y pensando en que fuera una carta de presentación. No queríamos engañar a nadie, era justo lo que se podía escuchar en cualquier bar que nos contratan. 'Desde un sótano con vistas' estaba pensado para eso, para pasearnos por los bares con la guitarra a cuestas y darle rienda suelta a nuestros sueños y así fue. Presentamos en El Rincón Del Arte Nuevo en Madrid y desde entonces no hemos parado. Aprovecho ahora para agradecer al público que siempre nos apoyó y quiso formar parte de El Club Del Aguante.
- Si 'Desde un sótano con vistas' es espectacular, contra todo pronóstico os superáis en vuestro último trabajo, 'Condenados'. Me encanta la temática de las canciones, las grandes colaboraciones de vuestros amigos músicos... Considero, además, que 'Espinas' es una canción que debería estar sonando en todas las radios. Asentáis vuestro estilo fronterizo dándole un genuino estilo propio y no tiene nada de desperdicio. Bajo tu prisma, háblame de 'Condenados'.
- Estas canciones fueron compuestas mientras girábamos. En algunas actuaciones las metíamos en los bises para ver la reacción del público. Un experimento que nos parece interesante. Queríamos grabar pero Pedro quería algo más especial que no fuese más canciones y ya está. Así que se llenó de paciencia e inspiración y dejamos de hacer directos para meternos en el sótano otra vez. Pero ahora se trataba de dejar muestra de cómo sonarían las canciones con banda. Hemos tenido la suerte de tener buenos amigos que nos dedicaron su tiempo y su talento. Mando un abrazo para todos.
- Lo que más me gusta de El Club del Aguante son tus letras: llegan, entran y llenan hilando fino con grandes frases una buena historia. Aprovechas perfectamente las posibilidades que te da el verso largo y sentencias en los quebrados. Me gustaría saber cómo es tu proceso creativo, qué influencias literarias tienes y si te has planteado alguna vez escribir sin música ya sea poesía o novela.
- No, yo me considero un artesano de canciones. Un poeta es mucho más, ya me gustaría (risas). Alguna vez he escrito y después le he buscado la música pero lo normal es que agarre la guitarra y cuando doy con una progresión de acordes que me convence, nace una melodía y empiezo a escribir como buscando a oscuras para ver que es lo que necesito decir. A veces me pasa que hasta que no escribo la primera estrofa no sé qué es lo que estoy intentando decir... (risas) Es uno de los momentos que más disfruto en el proceso de composición. Cuando todavía no tienes un final ni el estribillo es cuando te sientes que puedes expresar lo que quieras y como quieras. Creo que es lo más parecido a eso que llaman libertad.
- ¿Qué proyectos tenéis en mente con El Club del Aguante? ¿Conciertos? ¿Festivales? ¿Cómo se está moviendo 'Condenados'?
- Seguir aguantando (risas). El Club Del Aguante llegó para quedarse y no paramos de hacer conciertos. Menos de lo que nos gustaría pero no paramos. Seguimos haciendo canciones y estamos preparando el nuevo trabajo del que te puedo adelantar que vamos a romper con los patrones establecidos. O sea, no grabaremos un disco para después editarlo y luego presentarlo. Esta vez lo haremos al revés. Tenemos ya bastante material para terminar de montar. Así que, según se termine, la vamos a grabar y a presentar para que suene con la frescura de una canción recién hecha. Luego lo plasmaremos en disco para todos aquellos románticos melómanos como nosotros que quieran tenerlo físicamente. Con respecto al disco de 'Condenados' se vende bien después de cada concierto. Lo cual es muy gratificante. Conoces de primera mano al público que lo quiere y son muy agradecidos. Con respecto a la gira seguimos haciendo salas, bares, garitos y algunos grandes escenarios en verano. Los festivales aún no han llegado (risas). Supongo que nos faltan likes en Facebook.
Muchas gracias Michi. Pero no solo por la entrevista. Gracias por haber sido parte de la banda sonora de mi vida y por volver a serlo. Cuando yo tenía menos de 20 años, Michi me decía con su guitarra que mirara hacia delante. Ahora ha vuelto a mi vida 25 años después y su música me dice que recoja todo lo bueno que dejé atrás. Yo siempre le hice caso y se lo haré aplicándolo a mi vida. Prueba a hacerlo: vuelve a abrir la vieja mochila de los recuerdos y, si aún viven, llama ahora mismo a tus padres o, mejor aún, ve a besarlos. Reúnete con tu vieja pandilla, todos se acordarán de ti. Reconcíliate con quien te enfadaste, pide perdón y perdona. Vuelve a confiarle un problema a tu antiguo amigo, te sorprenderá la perspectiva que tiene de ti y la solución que te dará. Habla con los compañeros que se jubilaron y pregúntales cómo les va. Escribe al viejo maestro que confió en ti. Cómprate algún disco de El Club del Aguante. Y ahora... cierra la mochila, cuélgatela y sigue caminando. Esa mochila no pesa, impulsa.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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