VALLE  |  Madrid, 27/11/2017

El gran Joe Strummer (The Clash) tiene una merecida plaza en Granada. Él se instaló en la ciudad de la Alhambra a mediados de los ochenta con el propósito de encontrar los restos de Lorca. Estaba convencido de que los encontraría. Creía saber dónde estaba. Decía que podía escucharle. Con esa fe me gusta pensar que, aunque bajo tierra, Strummer siempre supo que el poeta no estaba muerto.

Estos días (hasta el 10 de diciembre) se representa en el Teatro María Guerrero una adaptación de la gran obra de Lorca 'BODAS DE SANGRE' dirigida por el argentino Pablo Messiez.

Choca la introducción o prólogo de la actriz Claudia Faci que además interpreta a la muerte (como mendiga) y a la Luna. Por supuesto, no desvelaré los elementos sorpresivos que Messiez nos propone. Elementos que a veces saltan de la época del poeta a la actual cargados de erotismo, espontaneidad y plasticidad.

Pese a ello, Messiez es fiel al texto de Lorca y, aunque con una estética más moderna, a los diferentes cuadros de la obra. Esto a mí sí me parece un acierto porque el verso puro de Lorca bien recitado siempre adquiere una fuerza y una pasión muy intensa en cualquier época y lugar.

En cuanto a las interpretaciones destacar especialmente la profesionalidad y la vocación de una gran Gloria Muñoz en el papel de madre que sin duda lleva el peso de la obra brillantemente. Pero también la bella voz cantando y la actuación enamorada y de temor por perder a su marido de Guadalupe Álvarez Luchía en el papel de mujer de Leonardo. La fuerza interpretativa de Francesco Carril en el papel de Leonardo, el desparpajo de Estefanía de los Santos en el papel de criada y la original caracterización y genial interpretación de Pilar Gómez en el papel de vecina.

El resto del elenco son: Carlota Gaviño (novia), Julián Ortega (novio), Carmen León (padre de la novia), Óscar G. Villegas (músico) y Pilar Bergés, Juan Ceacero y Fernando Delgado-Hierro en el papel de invitados a la boda.

Sobresaliente la escenografía por parte de Elisa Sanz y notable la iluminación por parte de Paloma Parra que, aunque crea un efecto precioso de enfoque en las miradas de los personajes de Leonardo y la novia durante el banquete y el resto de la obra tiene una iluminación perfecta en cada momento, en la importante escena de la huída al bosque de Leonardo y la novia me faltó ver mejor las caras de los actores que estaban recitando con pasión ya que solo se iluminaban con unas linternas.

Es cierto que Pablo Messiez arriesga con un Lorca actual pero fiel al texto, con escenas sexuales y una visión muy particular de 'Bodas de Sangre' que en ocasiones despista al espectador. Pero para mí Lorca sí está porque Lorca está en el verso, está en el sentimiento puro. Ahora mismo me gustaría que nuestro castellano fuese como el francés o el inglés donde el verbo ser y el verbo estar son el mismo verbo porque lo que en realidad quiero decir es que Lorca es el verso, es el sentimiento puro.

Yo ahora, como Strummer, he podido escucharle y saber que, aunque en algún lugar bajo tierra, no está muerto.