JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 28/08/2017

Nacida en Chicago, aunque pasando buena parte de su vida en Nashville, donde comenzó su carrera musical (tiene allí cinco discos) TORI SPARKS parece un personaje protagonista sacado de 'La Tesis de Nancy'. Un día paseando por el Albaicín encontró un cartel que anunciaba clases de flamenco... Y cambió su vida. Vendió todo en los USA y con su perro y sus guitarras embarcó para España quemando las naves después. Aquí ha empezado de cero con un grupo ya hecho y un guitarrista (eléctrico) solista de Vélez Rubio d-e-s-l-u-m-b-r-a-n-te: Francisco Guisado "El Rubio". En medio de una gira andaluza a banda completa (Calamento) encontró un hueco en este agosto imposible para cumplir su sueño de tocar en Granada, aunque fuera a dúo con "El Rubio" en el Eshavira.

Tori es un animal de escenario con un dominio absoluto de la comunicación, un desparpajo infrecuente, desvergüenza toda y un chisporroteante sentido del humor. Con porte de estrella de Hollywood, una voz cargada de matices "americana" e intención, perfecta de afinación y maniobrabilidad, es toda una cantante de un calibre arrollador. Oyéndola en disco (mucho más flamenco que en este formato) esta "songwriter" de raza se sienta encima de las rayas de mil fronteras, acaso como una Lila Downs del Norte o la malograda Lhasa de Sela, cantando en español e inglés, atreviéndose con Camarón y Los Amaya, como con Led Zeppelin o Leonard Cohen. "¿Por qué no voy a cantar flamenco si hago blues y tampoco soy negra?" dijo completamente lanzada, manifestando su intención de "escandalizar" confesó, "y haciendo flamenco, country, rock y blues lo consigo... ¡sin necesidad de quitarme la ropa" comentó divertida, produciendo la carcajada general.

Sus canciones rezuman autenticidad y las maneja con una fuerza que por momentos roza la catarsis de Janis Joplin, y las versiones son un auténtico placer por el desencaje con el original, haciendo suyas igual el 'Aleleluya' que 'La Llorona', con la que hizo una pausa "para que ustedes beban algo ¿no?, que si con una copa les gustamos, con dos les enamoramos... ya con cinco me verán mitad Shakira y mitad Elvis". Acostumbrados a escuchar todo tipo experimentos partiendo del flamenco, algunos espeluznantes en fondo y forma, su "flamencountry" parece una de las combinaciones más logradas, por su naturalidad y porque siempre prima su personalidad. La próxima vez con grupo por favor.