JUANMA CANTOS  |  Madrid, 20/11/2010

JONAH SMITH es una de esas joyas prácticamente desconocidas y aún minoritarias que, de cuando en cuando, nos llegan desde el norte de América. No era la primera vez que el neoyorquino de Siracusa venía a nuestro país, bajo la influencia, qué duda cabe, de su guitarrista, el español David Soler, ya que, sin ir más lejos, estuvo por aquí hace un par de años para presentar su anterior disco, homónimo, dejándonos conciertos memorables como el del Bogui Jazz de Madrid.

En esta ocasión, una de sus paradas estaba en la coqueta sala Charada, en la que Jonah Smith, acompañado de su fantástica banda, nos presentaba las canciones de su nuevo álbum, 'Lights On'. Jonah Smith es poseedor de una de las mejores voces de la Americana actual, y no exagero. Con una pizca más de suerte debería estar codeándose con los grandes del estilo y reventando estadios y listas de ventas en su país natal. Por el momento, se conforma con shows más íntimos como el que ofreció el pasado jueves en la sala madrileña, y a bien que así sea, ya que, por lo que se pudo escuchar, la propuesta intimista y de contenidas influencias que van desde el country al rock de este pausado norteamericano gana enteros en distancias cortas, cuando la escuchas a escasos metros del escenario y puedes ver la concentración de su compositor, transmitida con continuos pisoteos y sin dejar de moverse en la banqueta en la que se sienta ante su Rhodes. Pero, como digo, Jonah destaca sobre todo en lo vocal. Su garganta consigue sacar sin ningún tipo de dificultad una amplitud de registros sorprendente y riquísima en matices, que, dado el carácter rasgado y seco del timbre de su voz, nos deja canciones de regusto agridulce, muy al estilo de maestros como Tom Petty o John Hiatt.

Pero es que, además, en directo se encuentra perfectamente secundado por una banda en la que destaca sobremanera el ya citado David Soler, quien, aunque sea español, suena más americano que muchos de los guitarristas que practican el mismo estilo, especialmente cuando se sienta frente al pedal slide o cuando logra sacar de su Gibson una variedad que se asienta en el blues y se expande hacia "lo que le echen".

Al igual que su último disco, Jonah Smith comenzó su concierto con unas 'Love Gets Lost', 'Cabin Fever' y 'Misguided' intensísimas y muy cálidas tras las que el quinteto fue ampliando el espectro de influencias hacia el blues-rock de canciones como la versión del tema de Steve Winwood para Blind Faith 'Can't Find My Way Home' o hacia el folk-rock de raíces country de 'Gold & Green', puso a bailar al público con 'Open Up The Door' o recordó temas de su anterior álbum como 'When We Say Goodnight' o 'Killing Time'. No faltó el tema que da título a su nuevo trabajo, 'Lights On', en el que Smith cambió teclados por guitarra, antes de despedirse por todo lo alto con un temazo como 'World Without Love'.