JUANMA CANTOS  |  Madrid, 07/10/2010

Este mes se cumplen dos años desde que en octubre de 2008 una orden judicial obligase a cerrar las puertas de uno de los mejores clubes de jazz de nuestro país, el BOGUI JAZZ. El cierre del club madrileño se produjo debido a que, según informó la sala en su momento, "la licencia de funcionamiento de BoguiJazz fue alterada por obras de insonorización y adaptación a ordenanzas actuales", unas obras que, precisamente, propiciaron la insonorización del local y, con ello, menores molestias para los vecinos.

Por el club pasaron la práctica totalidad de los jazzmen y de los grupos que realizan su labor profesional en Madrid. La lista es kilométrica, pero por nombrar sólo algunos de ellos, podemos destacar la presencia de la Bob Sands Big Band (en la foto) todos los lunes, las jam sessions de Fractal, las de Tony Heimer con Nirankar Khalsa, las de Norman Hogue o las del trío de Marta Sánchez, los conciertos de Joshua Edelman, Federico Lechner, Pablo Arrieta, 3000 Hombres, Carlos Carli, Doris Cales o de artistas internacionales como The Fringe con George Garzone, High Groovin', Donna Hightower, Barry Harris, Freddy Cole, Kristjan Randalu... quienes eran recibidos por un público respetuoso y un equipo de sonido de primera que permitían a los músicos desarrollar su concierto en las mejores condiciones posibles.

La situación a día de hoy sigue estando en punto muerto. La licencia definitiva no llega pese a los esfuerzos de Dick Angstadt, su propietario, por dejar todo bien atado y poder volver a abrir el club.

Para apoyarle y no dejar este asunto en el olvido, se ha creado una plataforma en Facebook, bajo el nombre de 'La Columna Musical'. En su página se puede leer el siguiente manifiesto en el que explican sus intenciones y sus objetivos: "El lunes 6 de septiembre de 2010. Tras casi 2 años del cese y precinto del BOGUI, se ha constituido la Plataforma de Apoyo a Dick-BOGUI formada por David Novaes, presidente de la red estatal de locales con música en vivo, Pedro Carrillo, presidente de la Asociación estatal de Escuelas de Música y Nanye Blázquez Aldana del Café Central con la pretensión de movilizar al sector. Inmediatamente se han unido a la Plataforma la comisión de locales del Festival de Jazz y la Junta directiva de LNEV, la Asociación de locales de música en vivo de Madrid. Quizá pueda interesarte la movilización que vamos a hacer para que el Bogui precintado hace casi 2 años vuelva a abrir. Es una situación insoportable pues él ha hecho todo lo que se le ha pedido. La movilización sería poner en la calle una columna de músicos para demostrar que la música en vivo es potente, aunque... los locales sean tan precarios. La columna debería tener al menos 2.800 músicos. Te puedes imaginar lo que sería una columna de músicos en la calle de 2800 músicos... Potente pasacalle y baile ambulante... un evento mundial".

Por su parte, el propietario del Bogui, Dick Angstadt, ha publicado un manifiesto en el que expresa perfectamente su opinión y su sentir: "Soy un hombre afortunado que llegó a España hace más de 40 años y que ha podido desenvolverse profesionalmente en una ciudad moderna y vibrante. Madrid no solo no me mata sino muy al contrario, me da la vida. Mis casi 73 años de edad me sitúan dentro de una generación acostumbrada a hacer las cosas correctamente y dentro de la ley. Los valores que me inculcaron en mi país de origen (U.S.A.) así como mis vivencias en Madrid, mi ciudad adoptiva, me han convencido de que merece la pena luchar por el derecho a vivir dignamente de mi trabajo. Hasta hace ahora 2 años, había desarrollado una pasión tardía, compartiendo la magia del buen jazz en un pequeño local de la calle Barquillo. Allí nos juntábamos músicos, aficionados y amigos en torno a la buena música en vivo, en directo, en las distancias cortas. Yo realicé una cuantiosa inversión, voluntariamente, para insonorizar el local arrendado por mi empresa, adaptándolo a ordenanzas en vigor. Una denuncia vecinal (interesada?), no por ruidos sino precisamente por obras para no hacer ruidos, consiguió que la licencia de funcionamiento fuera declarada nula. El Ayuntamiento precintó el local en octubre de 2008. Desde entonces y con el asesoramiento de técnicos y abogados, he dedicado toda mi energía y economía, acumulando deudas importantes, en despachos del Ayuntamiento para legalizar las obras realizadas. No lo he conseguido. Ahora salgo a la calle con humildad y determinación para pedir ayuda. Apelo al sector empresarial, al colectivo de músicos, a los aficionados a la música, a los medios informativos y a todas las personas de bien para que apoyen cuantas movilizaciones sean necesarias para recuperar un derecho que, en una sociedad civilizada y moderna, es de todos -el derecho a trabajar y vivir libremente buscando cada uno su felicidad-".

Esperemos que, por el bien de la música, el Bogui pueda volver a abrir y seguir siendo un referente del jazz de calidad en nuestro país.