KINA JARAÍCES  |  Madrid, 01/07/2018

Cuando llegó a Madrid en 1992, Bob Sands no tenía intención de quedarse en España pero, una vez aquí, dice que sintió que nuestro país le necesitaba y decidió convertir esa eventual estancia en definitiva. Tenía 26 años y ya llevaba una larga trayectoria en EEUU, donde había estudiado con Bob Mintzer y George Coleman y tocado junto a músicos como Lionel Hampton, Glenn Miller o Gerry Mulligan, entre otros. Ahora, en España enseña en centros como Musikene y la Esmuc además de actuar con su trío, con su cuarteto y como director de la BOB SANDS BIG BAND.

El Templo de Debod lo hizo dos décadas después. Llegó a Madrid en 1970 procedente de Egipto. Un obsequio del gobierno africano que agradecía así la ayuda prestada en las labores de rescate de los templos de Nubia, principalmente el de Abu Simbel. El edificio tampoco parecía que llegara para quedarse ya que las instrucciones para montar sus cientos de piezas se reducían a un simple plano, un croquis del alzado y algunas fotografías. Más de cien bloques habían perdido la numeración y la marca de muchos de ellos era errónea. Ante este desaguisado, los arqueólogos decidieron reconstruir el templo usando la técnica de la anastilosis o lo que es lo mismo: ajustar los elementos hasta que estos encajen.

La pasada semana, esas piezas del Templo de Debod volvieron a unirse, pero esta vez lo hicieron con los diecisiete músicos que forman la Bob Sands Big Band para celebrar el Día europeo de la música y delante del edificio egipcio, de unos 2.000 años de antigüedad, sonó ese jazz potente y elegante, característica endémica de la formación del saxofonista neoyorquino.

Entre los componentes de esta poderosa y bien engrasada banda encontramos nombres fundamentales del jazz de nuestro país como el propio Bob Sands, Juan Ramón Callejas, José Vera, Lisandro Mansilla y Felipe Zaragozí en los saxos, Cheryl Walters, Luis Zenner, Roberto Lorenzo y Javier Escribano en los trombones, Toni García, Howard Brown, Carlos Rossi y Luis Soler a las trompetas, Israel Sandoval en la guitarra, Rubén Andreu al piano, Francisco López "Loque" en el contrabajo y Miguel Benito a la batería.

Cinco saxos, cuatro trombones, cuatro trompetas, una guitarra, un piano, un contrabajo y una batería capaces de compactar el sonido como si de un perfecto bloque de hormigón se tratara y, junto a ellos, las voces de Marina Ferrer y el carismático crooner Quique Gómez presentando un nuevo repertorio en el que rinden homenaje a dos de los mejores intérpretes del Jazz, Frank Sinatra y Ella Fitzgerald, plagado de grandes clásicos como 'Summertime', 'Can fly with me' o 'I got you under my skin'.

Y como si la música y el arte no tuvieran el don de la inmortalidad o como si Tot y Ellington fuesen coetáneos, muchos años antes de que Sands y el Templo llegaran a España el poeta Rilke escribía:

Apágame los ojos y te seguiré viendo.

Cierra mis oídos y te seguiré oyendo (,,,)

Pues eso.