VALLE  |  Madrid, 06/03/2019

Al final, siempre vence la ilusión. Sin embargo, a veces uno se rinde, se cansa, se estampa con realidades que no controla y, mientras planchas una camisa y un pantalón viendo 50 canales de televisión, haces cuentas. Cuentas que no salen, incógnitas que no se despejan, que te hacen dudar incluso de ti mismo hasta que, de repente, siempre ocurre algo que vuelve a motivarte. Entonces, sientes que está mereciendo la pena, que sí tienes algo que defender, que puedes seguir sonriendo y... te ilusionas. No hablo de milagros ni de inesperadas suertes. Al contrario, suelen ser pequeños gestos de cariño, caricias al lomo del alma que todos necesitamos como que uno de tus grupos preferidos, a pesar de no haber podido asistir al concierto, te dedique tu canción favorita.

Con lo maltratada que suele estar la pequeña industria de la música en España, hace falta mucha ilusión para que alguien se encargue con tesón de producir, difundir y representar a los músicos como se merecen. PALOSANTO es la nueva empresa de desarrollo musical que, con esfuerzo, vocación y cariño, empieza a emprender un camino que seguro será exitoso porque, junto a todo lo mencionado, les acompaña una gran ilusión. El pasado jueves 28 de febrero se celebró el concierto presentación de Palosanto y allí pudimos disfrutar con cuatro de sus más destacados motivos ilusionantes. Seguramente, sus más entusiastas caricias al lomo del alma: Chencho Fernández, María Guadaña, Jose Domingo y la banda Inc.

El maestro ovetense afincado en Sevilla, Chencho Fernández, abrió la gala acompañado nada más y nada menos que por La BIG Rabia que garantizaba originalidad, genialidad y creatividad. Chencho, con ese carisma granuja que le caracteriza, nos fue desgranando las nuevas canciones de su próximo álbum y alguna que otra de las anteriores como la cautivadora 'La Estación del Prado'. Melodías con mucho cuerpo, intensas, estilosas e impregnadas de vivencias. Un concierto variado desde el rock al bolero con arreglos modernistas y originales en el que destacó el sensacional guitarrista Sebastián Orellana que puso la pimienta y removió el puchero. El resultado, con todos estos ingredientes, fue un plato exquisito que dejó muy buen sabor de boca.

A continuación, Paloma Sánchez, directora de Sol Música, que presentó la gala brillantemente, intentó advertirnos acerca del huracán que se nos venía encima. Yo no la creí porque era la primera vez que Herminia Martínez se subía a un escenario para mostrarnos a su personaje y, quizás, alter ego María Guadaña. Sin embargo, ahora creo que Paloma se quedó corta en su advertencia porque María Guadaña, a pesar de que la noche estuvo llena de grandes artistas, fue, sin duda, la sensación indómita, la atracción imparable que convirtió la presentación de Palosanto en un aquelarre inquietante y sorprendente que nos mantuvo absortos y pendientes ante la incertidumbre del siguiente instante. Sus manos apretaban y retorcían los versos cantados y la sensualidad fue su más certera arma en canciones como 'Oxitocina', 'Cuánta belleza' y, sobre todo, 'La Muerte', con la que se define impecablemente a su personaje y que puso un extraordinario final a la actuación. Su banda estuvo a la altura destacando las preciosas subidas con la batería de Carlos Sosa que realzaba aún más la ya atractiva figura de María Guadaña.

Tras María, el ingenioso cantautor Jose Domingo pisaba fuerte el escenario con la seguridad que da la buena materia prima de sus creaciones. Su nítida voz y un gran sonido en directo de su grupo nos fue seduciendo con canciones novedosas como una inspiradísima 'Un segundo más así'. No obstante, no faltaron piezas geniales anteriores como 'Palidez' o 'Más que perfumado'. Su estilo propio de raíces mediterráneas encandiló a toda la concurrencia que llenó la sala Caracol el pasado 28 de febrero.

Otro gran acierto de la noche fue, sin duda, que la energía latente de los chicos de Inc se encargara de poner el gran broche final. Los paternenses han tenido una gira cargadísima de conciertos durante el 2018 con su álbum 'Campos de colores' y mostraron esa experiencia adquirida durante toda la actuación. Su rock británico, por fin bien trasladado a la lengua de Cervantes, nos hizo saltar, bailar y vibrar con ritmos dinámicos y temas de una calidad melódica muy alta. También nos deleitaron con dos personales versiones de The Jam y de Oasis con la que se terminó la gala explosivamente. Pero el cénit de su recital fue, en mi opinión, cuando interpretaron su 'Travelling Man' que está llamado a ser un "hit" de los que no se olvidan y espero que les acompañe siempre en todos sus directos. Los culpables de este espectacular final fueron Ángel Vela a la guitarra, Kevin Castellano a la voz y al bajo, Lluisen Capafons a la batería y un magnífico Edu Hirschfeld a los teclados.

Palosanto, con esta presentación, apuesta y trabaja fuerte para que podamos disfrutar con estos cuatro generadores de pasiones. Ellos saben que la música es el alimento del alma y, si te acompaña, aunque te canses y te rindas, solo tienes que, precisamente, dejarte ganar. Porque al final, al final siempre vence la ilusión.

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