JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 15/11/2018

Si algo tiene que agradecerle Pau Donés al tabaco es que gracias a una campaña de Ducados aquella célebre "flaca" habanera le catapultó a lo más alto de la escena española. Han pasado dos décadas largas desde entonces y su trayectoria ha sido tan ondulante como la vida misma. Incansable y agotador cruza océanos como si fueran charcos, y ahora, tras un serio tropiezo de salud, ha decidido poner punto y aparte a la carrera de JARABE DE PALO. Como Rosendo, señorías, requiere su tiempo, pero antes está dando una gira de saludo y despedida que pasa por Granada hoy jueves 15 en la Tren.  

- Lo primero es lo primero: ¿El envase, bien?

- Sí, gracias. Si no estuviera bien no haría lo que hago. Sigo con mi "quimio" y mis revisiones, pero todo va bien. Gracias.

- A Don McLean le preguntaban por su célebre canción 'American pie', y decía que había sido la garantía para no tener que trabajar en su vida... ¿Y para usted qué es 'La Flaca'?

- Digamos que lo contrario, una garantía para poder seguir trabajando. Te da comodidad todo lo más, porque si tus primeras canciones tienen éxito te permiten autonomía y libertad.

- ¿Sabe que es un tema ya clásico del repertorio de los conjuntos típicos cubanos, al lado del 'Chan-Chan', la 'Guantanamera' y del 'Hasta siempre comandante'?

- Es que ahí empezamos y hemos tenido mucha relación con Cuba, llegamos a cantar con Compay 'La flaca' en el Teatro Carlos Marx.

- Compay decía en el periódico Ideal que el secreto de la longevidad es "la moderación: un tabaco, un ronsito y una señorita cada día" (Risas).

- (Carcajada) Y era todo cierto, excepto lo del ron, se bebía media botella (risas).

- Usted fue publicista antes que fraile. ¿Una frase o un eslogan puede cambiar una vida?

- A ver, una vez me preguntaron qué hacía un publicitario haciendo música, y es al revés. He hecho muchas cosas, pero fui músico antes de nada y era mi vocación. Sí, un buen eslogan hace una buena canción.

- Se lo digo porque sus canciones siempre suelen tener una palabra fuerza que se engancha como el velcro...

- Como la mayoría de las clásicas, de los Beatles, de Elvis, de Sinatra, de Sex Pistols... Los músicos tenemos tres minutos para conquistar a nuestros oyentes, en esos tres minutos hay que espabilar (risas).

- Se fueron 091, Rosendo la semana pasada, ahora usted... ¿Y va a poder aguantar sin el chute de energía del feedback del público?

- Me voy con la promesa de volver. Me paro y ya está.

- Vamos, ¡que se va a hacer "un Miguel Ríos"!

- Es que cuando los músicos decimos que nos retiramos no lo hacemos nunca, como un pintor o un escritor... No se lo cree nadie (risas).

- Usted ha tenido la suerte o la habilidad de crecer en paralelo con su público, que es el secreto de la longevidad artística...

- No lo pienso así. Hay muchos grupos que nacen en una generación y mueren con ella. El secreto está en las canciones, los que aguantan lo hacen porque lo hacen sus canciones, se llegan incluso a cantar sin que ellos existan ya.

- ¿Hacer surf es una filosofía vital? ¿Habilita para luego surfear con buena cara sobre los avatares de la vida?

- (Risas) No puedo responder porque acabo de empezar (risas). Pero sí me funciona la metáfora de la ola: Nosotros nos subimos en una que nos agitó mucho, nos sacó fuera y dentro... y ahora nos salimos a la playa para luego, cuando sea, volver a coger la ola.

- Y desde la playa recuperar los amigos de siempre... o los ha tenido ahí...

- Si mis amigos quieren seguir siéndolo, sí (risas). Es uno de los motivos por los que paro. Necesito volver a mi vida cotidiana, a los míos, a los que quiero y me quieren.

- Saca disco sinfónico, libro de canciones, ¿están todas?

- Hay 96 canciones y editadas y cuatro que no han salido. Están todas y muchas de ellas con los manuscritos originales; he querido hacer un homenaje a las letras de las canciones. Y lo de la filarmónica igual, es el trabajo a nivel artístico más potente que hemos hecho nunca. Nos llamó la filarmónica de Costa Rica planteando el proyecto y fuimos a hacer tres conciertos allí.

- A corto plazo eso, ¿y para el 19 ya en excedencia?

- Nada. El 1 de enero empiezan mis vacaciones. Tengo un tiempo sin plan ni rumbo.