JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 27/07/2017

Poeta, actor, músico... juglar, JAVIER TÁRRAGA si es algo es un apasionado y estudioso de la tradición oral. Murciano y granadino desde el 82, convirtió un pasado en la oceanografía en una vida convertida en la juglaría siguiendo la tradición del romancero de ciego. Desde entonces es uno de los máximos representantes de la tradición oral, desde en grandes escenarios de foros y festivales, a las aulas y hasta la mismísima calle, siendo el responsable de la 'Ruta del juglar en Granada la Mágica' entre muchos proyectos más. Tárraga coordina el viernes 28 en el Parapandafolk el encuentro 'Master de Juglaría' a modo de duelo oral entre varios de ellos, el maño Luis Alegre, Jaume Arnella desde Barcelona, el segoviano Salvador Lucio, él y la madrileña Brigada Bravo&Díaz.

- ¿Qué es el "master" de juglaría?

- Unos instantes irrepetibles en torno a la poesía, la música y el teatro de raíz popular, que es resumiendo lo que la juglaría significa. Todos los intérpretes poseen una larga trayectoria a sus espaldas, por ello lo de la maestría. Es Antonio Caba, responsable general del Parapanda, quien escogió el título, yo estaba pensando en algo más ceremonioso sobre los adioses, las despedidas, en fin.

- Los juglares eran los periodistas medievales, ¿no?

- Una pura crónica de sucesos no daría para mucho. Yo creo que habría más poesía y pasión novelesca que fidelidad a las fuentes. Los mitos se riman, las crónicas se adornan, las matemáticas se versifican. Entre otras cosas sirve a la memoria, porque siempre es más fácil recordar el verso que la prosa. Sí, seguro que eran portadores de noticias, modas y costumbres no sé en qué proporción, entre sus composiciones y su bagaje de curtidos viajeros. El romancero fronterizo -que surge en torno a Granada y su antiguo reino- quizá sea lo que más se aproxima a ese concepto de noticiero... y sin embargo la composición necesitaba de figuras poéticas impactantes. Por otra parte, gracias a Homero, el aedo por antonomasia, Heinrich Schliemann dio con los restos arqueológicos de lo que se supone fue la antigua Troya. De lo que se puede deducir que habría un poco de todo.

- Y ahora los periódicos están en extinción... ¿qué juglaría Siglo XXI vendrá?

- Hay una nueva clase de oralidad digital donde todos los planos de la vida se entremezclan como nunca antes. Una nueva poesía oral algo acelerada, casi compulsiva, que encuentra en las redes su medio más natural, con millones de seguidores. Los chavales juegan a improvisar con unas bases rítmicas algo ortopédicas, pero es lo que les gusta. La lengua sigue siendo el soporte, y la imaginación creadora. Se sigue haciendo crónica de acontecimientos, letrillas y canciones en soporte audiovisual. Esto no desaparecerá porque es connatural a la especie. Antes el pueblo participaba de la creación poética seguramente porque no había televisión ni portátiles. Parece que caminamos más hacia la prosa. El juglar en los museos.

- Situémonos en aquel momento: ¿y cómo se diría rimando en el Siglo XXII que Villar está la cárcel y Blesa ha muerto?

Yo apenas tengo ya rima que me case
con Villar en la cárcel, suicidado Blesa.
Muerto andará el primero, o casi en ese trance,
descubierto el pringue debajo de su mesa.
El suicidio es una cárcel sin puerta
salida de socorro, que censuro
si dejaste tras de tí siniestras cuentas,
heraldos negros contra el flaco muro
de la patría mía. No es el reo la víctima,
Villar o Blesa; es el sufrido ciudadano,
quien paga como siempre el uso insano
del dinero, del poder, de la política.

- Magnífico... ¿Hay juglares ahora mismo?... Póngales nombres y apellidos por favor.

- Por resumirlo: juglaría es Poesía oral + teatro + música... Así que es una pregunta de respuesta complicada, porque estos ingredientes típicamente juglarescos son rara avis. Puntualmente pueden aparecer, pero no como dedicación, como profesión. Así que no puedo responder mas que con la invitación: vayan al Parapandafolk si quieren verlos: Salvador Lucio, Jaume Arnella, Luis Felipe Alegre y Carmen Orte.