JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 10/08/2019

El entrañable cantautor cubano PABLO MILANÉS volverá a actuar en Granada, donde siempre es bienvenido. Sus visitas se han dilatado en el tiempo con largos periodos sin pisar nuestros escenarios, como su compañero de trovas, Silvio, del que casi no se recuerda el rostro desde aquel 'Cinco a las cinco' de cuando se medía el tiempo casi con reloj de arena, pero nunca nadie le olvidó.

Afortunadamente para los seguidores del bayamés, nos ha tenido más en cuenta que Silvio, que lo más cerca que estuvo fue el año pasado en Córdoba, y ahora suma el Falla (hoy sábado 10; 21h) a los auditorios del Atarfe, Albolote o el Palacio de Congresos donde ha cantado en las anteriores visitas. Un espacio cálido, perfecto para la propuesta de Milanés, cuyo formato en los últimos tiempos de cuerda y teclados envuelve a sus canciones, las de ahora y las de siempre, en unos velos de modernidad llenas de pequeños detalles que remozan acertadamente sus composiciones. El tiempo ha pasado con dureza sobre algunos discos suyos, muy ajustados a los sonidos tópicos de su época, dejándolos anticuados al oído contemporáneo; este lavado de cara casi new age les ha devuelto toda su capacidad de seducción, que es enorme.

A sus 76 años y tras una treintena de operaciones, transplantes y enfermedades renales y óseas, Milanés mantiene viva una de las voces en castellano más conmovedoras e importantes del mundo. La admiración que por él se siente propició en su momento que algunos colegas propusieran un disco de homenaje, el 'Querido Pablo', que llevó a Bob Dylan a lamentarse de no haber sido invitado a tiempo ofreciéndose para un segundo volumen.

En casa es tal el afecto que se le profesa a Milanés, que cualquier concierto suyo allí es, más que un acto musical una experiencia emocional, con el público interrumpiéndole continuamente y llenando de flores el escenario: de hecho su última actuación en el gigantesco Teatro Karl Marx ha sido el motivo de su último disco y DVD en vivo. Aquí no se llega a tanto porque tenemos hábitos más recatados, pero sobre su atractivo baste con señalar que sus últimas actuaciones se han contado por llenos completos.

El (ya menos) nuevo trovero lleva un década regalando y compartiendo su afecto personal y profesional, así entre su última producción hay discos compartidos con su hija Lynn, otro con canciones de José María Vitier, también de Miguel Núñez, uno más de versiones de sus mayores y el entrañable 'Amor', a medias con su otra hija cantante, Haydée, con quien aparece besándose muy dulcemente en la portada. Y amor con amor se paga, como dijo su paisano Gonzalo Rubalcaba hace unos días en Almuñécar. Bienvenido maestro.