MIGUEL LOPOTT  |  Madrid, 10/10/2012

La compañía de teatro La Pajarita de Papel nos presentan su nuevo montaje sobre la pieza fundamental del teatro de Bertolt Brecht, 'MADRE CORAJE Y SUS HIJOS', y para ello elige como espacio escénico la sala La Puerta Estrecha de Lavapiés en Madrid.

Con una adaptación a una sala íntima se crea una escenografía oscura muy potente con la que adornar la belleza teatral de este épico alegato antibélico tan tristemente de actualidad en esta contienda de mercados en la que vivimos a diario. Así, Anna Fierling, "Madre Coraje" (una astuta vendedora ambulante que sorteará con inteligencia los desencuentros entre católicos y protestantes, siguiendo con su carro al ejército sueco para sacar provecho de las inmundicias de la contienda, aunque el precio añadido de su supervivencia sea la vida de sus hijos) nos mostrará de forma demoledora el coste y las consecuencias de la guerra, las alianzas entre existencia y astucia, comercio y dolor humano, drama y negocio. Difícil no conmoverse, y más si extrapolamos a esta convulsa contemporaneidad donde el mercantilismo prevalece sobre el humanismo.

Dirigidos por Rodolfo Cortizo, los actores de La Pajarita de Papel vuelcan su interpretación en mostrarnos los valores y miserias del hombre, sus fortalezas y sus debilidades en un entorno de horrores derivados de corruptelas políticas y religiosas tan omnipresentes. Como leit motiv de la función, el carro de Madre Coraje, rodeado de la treintena de espectadores que desde todos los ángulos se diluyen en la arena-serrín bajo las notas de Paul Dessau que acompañan al piano la función. Eva Varela en el papel de Madre Coraje se muestra contundente y segura, sin sitio para el sentimiento, dura ante el hambre y la muerte, impávida ante el espectador.

Dos horas y media en las que la Madre Coraje simbolizará la alianza entre la guerra y el comercio y donde la audiencia debería "indignarse" ante la inutilidad de la guerra y no compadecerse de Madre Coraje.