ARTISTAS, GRUPOS...:
La Pajarita de Papel | Rodolfo Cortizo | Eva Varela Lasheras | José Gonçalo Pais | Michel de Ghelderode
GÉNEROS, ESTILOS...:
SALAS, FESTIVALES...:
SELLOS, DISTRIBUIDORAS, EDITORAS, PROMOTORAS...:
Peldepa | La Pajarita de Papel
El trabajo actoral es excelente, minucioso y preciso. Sus figuras se arrastran por el espacio, títeres movidos por el sueño de trascender.
La muerte, el reverso de la vida. La muerte, la amenaza continua, la preocupación permanente de seguir siendo. El miedo a no ser. El sálvese quien pueda, la mezquindad humana, la podredumbre que genera el miedo.
La esencia de querer ser es el origen y el resultado de la existencia humana, la historia de la ruindad y de la excelencia son intrínsecas a ese deseo.
Michel Ghelderode escribe 'EL EXTRAÑO JINETE' en 1920, obra en un acto, que mezcla expresionismo y vanguardia y ahonda en la temática de la muerte desde el punto de vista de unos personajes que se hayan al borde de su vida. Un texto árido en su lenguaje y previsible en su desenlace.
La Pajarita de Papel, bajo la dirección de Rodolfo Cortizo, coloca a su "extraño jinete", símbolo de la muerte, sobre un equino sobrecogedor que rueda por la sala de ese hospital olvidado en los confines de la tierra. Un goteo insistente desde el comienzo es la banda sonora con la que se abre el espectáculo, marca el paso del tiempo, la soledad y el olvido de unos seres enfermos que agonizan y se agarran al último girón de su miserable ser.
El espectador se sumerge en el espacio de los viejos macilentos, los escucha respirar, resoplar y luchar contra esa sombra que la vigía anuncia. Las campanas suenan y es entonces cuando sobreviene el temor, mientras tanto ya estaban muertos en vida, arañando unos gramos más de aliento sin ningún fin concreto, sólo seguir estando. Pero cuando se hace patente que la muerte se acerca los ancianos maltrechos parecen cobrar energía y entonces desean hacer, bailar, festejar, sentir, lo que sea, pero algo, contra la nada, contra el no saber qué hay después.
El trabajo actoral es excelente, minucioso y preciso. Sus figuras se arrastran por el espacio, títeres movidos por el sueño de trascender y de vencer a lo único cierto: que morirán algún día. Especialmente intensas las interpretaciones de Eva Lasheras, "la vigía", que articula el relato, pese a lo farragoso del texto, y de José Gonçalo Pais, que hace córporea la decadencia y degradación humanas.
Hasta el 18 de diembre, en La Puerta Estrecha de Madrid.
Anuncio de Google Ads //// ANÚNCIATE AQUÍ
Prometemos no ponernos pesados... ;)
Anuncio de Google Ads //// ANÚNCIATE AQUÍ
Anuncio de Google Ads //// ANÚNCIATE AQUÍ