JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 29/04/2012

JOSÉ IGNACIO LAPIDO estrena formato esta temporada, en acústico aunque con el equipo humano habitual casi al completo. Una ocasión para escuchar sus canciones desde otro ángulo y, con menos decibelios que las tapen, poder concentrarse más en sus letras. En plena gira por teatros, y tras haber pasado ya por Córdoba, Málaga y Granada, el granadino llega al Teatro de la Villa de La Rinconada (Sevilla) el 5 de mayo, al Teatro Lara de Madrid el 11, al Teatro Darymelia de Jaén el 12, a la sala Porta Caeli de Valladolid el 19, y al Auditorio de la Universidad de Zaragoza el 20.

- Arrancó su gira acústica, algo que ya antes ha probado, ¿qué tal la experiencia ahora ya continuada?

- Antes, es verdad, había tocado en formato "acústico" eventualmente, pero una gira proyectada, tanto en la instrumentación como en los arreglos de las canciones y la elección de repertorio mismo, es la primera vez que lo hago. La experiencia, hasta el momento, es muy positiva. El tocar en teatros te suele garantizar una buena calidad de sonido e iluminación, cosa que en las salas de conciertos es algo más irregular, las hay de todo tipo. Para mí y para los músicos era un reto ponernos a tocar sentados delante de un público silencioso. Y creo que lo estamos haciendo con naturalidad y convicción.

- Hablando de formatos diferentes, ¿llegaremos a verle en plan solo total, como Ariel Rot?

- Nunca se pueden cerrar puertas con carácter definitivo pero lo veo difícil por una razón, a mí los conciertos en donde va un tío solo con una acústica me suelen aburrir un poco. Ahora vamos cuatro, y todos esos arreglos que van haciendo los músicos se echarían de menos, pero ya le digo que ahora, tal y como está la situación, no podemos dar nada por seguro. Tal vez tendría que aprenderme unos pasos de baile para amenizar el espectáculo.

- Un año después y viendo la que cae, ¿ganan las sombras o los sueños?

- No lo digo yo, lo dice el hombre del tiempo todos los días. Se ha ceñido una negra nube sobre la península y caen chuzos de punta, día sí, día también. Dicen los expertos, que para eso hay expertos en todas las materias, que en España va a haber una generación perdida y que hasta 2017 no volveremos a los niveles de 2008. Dígame, ¿debería hacer una segunda parte de mi disco y titularlo "De sombras y pesadillas"?

- Comenzó escupiendo contra el viento, pero parece que el viento ha cambiado y lo tiene a favor... ¿Se nota querido, deseado, respetado...?

- Hombre, tanto como a favor... digamos que hay una brisa de respeto y cariño por parte de la gente que sigue mi música. Eso, qué duda cabe, ayuda a la hora de plantearse nuevos proyectos, pero esto hay que valorarlo en su justa medida: el rock en España se mueve en territorio hostil. Los que nos dedicamos a esto en este bendito país somos náufragos que intentamos sobrevivir agarrándonos a lo que haga falta. Como dejes de nadar te hundes.

- Aunque nunca mejor en estos tiempos para estar 'Furioso con el mundo', ¿o sólo contra parte de él?

- Escribí esa canción hace 13 años más o menos y sigue teniendo vigencia en cuanto a que refleja una postura ética ante la vida, la mía en particular. Lo de los indignados creo que llega un poco tarde. Al Sistema no sólo hay que cuestionarlo cuando las cosas van mal.

- Sin embargo, la música, esta vez parece que no está jugando ningún papel relevante o aglutinador de intereses o sensibilidades.

- Así es, pero eso no es algo nuevo. Hace ya años, décadas diría yo, que el rock dejó de ser el aglutinante de cierta postura vital ante el mundo. Lo que el rock significó en los 60 y en los 70 se desvaneció hace tiempo. Eso no significa que algunos no hagamos nuestra particular guerra de guerrillas.

- Tras pasar por el Festival BluesCazorla, ¿para cuándo el siempre demorado proyecto de "Lapido in blue"?

- Sine Die. El blues es algo demasiado importante para mí como para precipitarme con ese disco.

- Y ya que estamos con los asuntos pendientes y comienza la feria del libro, ¿habrá una antología del poeta eléctrico alguna vez?

- No lo creo. Una vez, hace años, dije que tenía un libro de poemas a punto. Me equivoqué al anunciarlo, lo fui dejando aparcado y ahora no me identifico con aquello. Y tampoco he vuelto a escribir poemas. Dedico mi esfuerzo a otros géneros literarios, quizás menos valorados pero que me dan de comer, algo muy prosaico pero necesario, como usted bien sabe.

- Hablando de prosa: al precio que se ha puesto la luz, ¿sale caro ser un poeta eléctrico?

- Llevo instalada en el sombrero una placa solar.

- Me imagino que desenchufado será más económico... ¿Qué vamos a escuchar en estos conciertos?

- Sería más económico si fuera yo solo con mi guitarra, pero como le he dicho antes, no es un "desenchufado" propiamente dicho, en el escenario somos cuatro músicos: Víctor Sánchez con las guitarras eléctricas, Popi González con las percusiones, Raúl Bernal con el piano y un servidor con la acústica y desgranando lamentos melódicos. En el repertorio van canciones que hacía tiempo que no tocábamos o que nunca habíamos tocado en un escenario. También sonarán otras más habituales en mis conciertos pero con un tratamiento nuevo.