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Dent May & His Magnificent Ukelele | Dent May
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Gafotas y desgarbado, May borda la difícil hazaña de sonar poderoso tocando bajo mínimos.
DENT MAY y su magnífico ukelele cautivan a cualquiera que se les ponga delante. Animal Collective decidieron ficharle de inmediato para su sello, Paw Tracks, después de absorber las buenas vibraciones que desprenden las canciones del trovador de Misisipi. El público granadino, por su parte, respondió en este segundo encuentro -el primero, el verano pasado, tuvo lugar en la Plaza de las Culturas de CajaGranada-, multiplicado por la onda expansiva del boca a boca, la organización de Loop Bar & Records y el peso específico de su debut, 'The good feeling music of Dent May & His Magnificent Ukelele'.
El hombre que comparece con el diminuto instrumento de cuatro cuerdas se ajusta al paradigma de empollón repelente. Gafotas y desgarbado, May borda la difícil hazaña de sonar poderoso tocando bajo mínimos. ¿Qué importa la escualidez acústica cuando las canciones se sostienen por sí solas? El músico estadounidense canta como los ángeles. Y eso basta. Cerrando los ojos, uno siente las reverberaciones vocales de la saga Wilson entre brisas playeras. La melancolía engolada del doo woop de barbería. La capacidad satírica de Ray Davies. La elegancia de Elvis Costello. Y alucinaciones lisérgicas: como un Bart Davenport caído del cielo en Nueva Orleans para aliviar los desastres del Katrina.
El ukelele procede del archipiélago hawaiano. Y a sus palmeras y mitologías remiten, en cierto modo, las composiciones del norteamericano. Temas de extraordinaria altura pese a su juventud. Más polinesio aún cuando acude a las maracas como solución rítmica. ¿Alguien recuerda a Jerome Green? Si Bo Diddley se aproximaba a Cuba, Dent May viaja por el Pacífico, recala en Brasil y vuelve a Santa Catalina. Historias de romances fluviales ('26 miles'), confesiones socarronas ('I'm an alcoholic') o los escarceos en el Bayou de 'Meet me in the garden', su gran pieza hasta ahora, que reservó para el final. ¿Lo mejor? Tiene 23 años. Le aguardan muchos kilómetros a su ukelele.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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