JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 10/06/2011

A sus inminentes 75 años, JAYME MARQUES es el patriarca de la música brasileña en España, su importador y mayor difusor a lo largo de medio siglo, y siempre fiel a la templanza ondulante de la bossa nova. Marques en un valor seguro e inmutable. Con su trío trae al Alexis Viernes de Santa Fe (Granada), hoy viernes 10, a las 24h., con entrada libre, las esencias de esta sensual música.

- Hace nada, cuando Lula, el mundo se vistió de amarillo y verde... ¿sigue Brasil de moda?

- Antes y después de Lula, Brasil ya se vestía de verde y amarillo y sigue estando de moda más que nunca, esto es cíclico.

- Gracias a usted este país descubrió la música brasileña, ¿se siente reconocido como pionero?

- En el año 1960 España descubrió que la música brasileña no sólo se basaba en los ritmos frenéticos del carnaval. Con la llegada de la Orquestra Orfeu Negro, el país conoció de cerca nuevos ritmos y fórmulas musicales. Como guitarrista y posteriormente director musical de Orfeu Negro me han solicitado los músicos más importantes de la época para participar en sesiones de grabación, aportando el sabor de aquello tan nuevo llamado "Bossa nova". En realidad he sido pionero.

- ¡Y maestro! Que su grupo ha sido siempre una escuela de grandes músicos...

- Maestro me llamaban y me siguen llamando. Después de la disolución de Orfeu Negro he formado mis propios grupos, cuyos integrantes no siempre eran brasileños. Tengo el orgullo de haber enseñado los secretos de la música brasileña (y otras, entre ellas el jazz) a un Paco de Lucía de apenas 14 años de edad. Tengo entendido que los músicos flamencos me admiran y me siguen, según palabras de Tomatito y el Chano Domínguez). La verdad es que los músicos que han compartido escenario conmigo dicen que han aprendido algo más, aparte de música.

- Ha combinado muchos formatos desde el más grande al más pequeño, y ahora se deja ver en formato mínimo y con acompañamiento pregrabado, ¿el más adaptable?

- En toda mi carrera profesional he combinado varios formatos musicales, desde grandes orquestas, formatos semi-sinfónicos como bandas sonoras para documentales con otros más reducidos, de siete músicos. Con respecto a lo pre-grabado, lo he utilizado durante algún tiempo, pero lo he sustituido por el acústico directo en formato trío (voz y guitarra, bajo y batería), que suena más auténtico y humano.

- Los años en que estuvo en RCA fueron muy productivos, ¿cómo contempla aquellos discos desde hoy en día?

- Esos años, segunda mitad de los setenta, lo fueron, tanto es que cuando se me busca en la web, los discos que más aparecen son los de aquella época, además de compilaciones extraídas de los mismos y editadas en muchos países. Yo diría que es más fácil encontrar mis discos en webs de otros países. Acaba de salir en formato físico y en iTunes dos discos míos, una reedición de un disco grabado en directo en el desaparecido Whisky y Jazz de Madrid (1990) y otro doble cd con composiciones dedicadas a los bebés para escuchar desde el vientre materno llamado 'Happy baby'.

- ¿Qué tiene la bossa que medio siglo después sigue tan lozana?

- La bossa tiene una identidad propia, algo de magia que te envuelve y te transporta en el tiempo a un tiempo pasado donde se respiraba aire puro, optimismo con respecto al futuro, ilusión y ganas de vivir y convivir. Es una música elegante y sensual. Tuve una experiencia agradable hace un par de años, cuando invitado por Maria Creuza, actué en el mítico Club Vinicius de Ipanema, en Río, agradeciéndome el haber conservado la bossa dentro de sus cánones sin hacer fusiones.