MIGUEL LOPOTT  |  Madrid, 24/04/2011

Basado en temas de William Shakespeare obtenidos de sus obras 'Enrique IV', primera y segunda parte como leit motiv, y la comedia 'Las alegres comadres de Windsor', 'Enrique V' o 'Ricardo ll' como recurrentes, Andrés Lima y Marc Rosich nos extraen textos centrados en el personaje de Falstaff, un gordinflón, mundano, vividor, hedonista, arrogante, presuntuoso, bebedor y mujeriego. Durante casi tres horas, Falstaff será testigo y protagonista de conspiraciones, traiciones, ambiciones y guerras y aportará una buena dosis de humor, denuncia, sátira, sarcasmo e ironía. Algo tan actual como omnipresente desde que el hombre es hombre.

La obra se desarrolla en dos ambientes bien diferenciados, la Corte con sus nobles, clérigos y militares, y la Taberna con sus meretrices, bigardos, disolutos y borrachos. El propio Andrés Lima instalado en su papel de El Rumor será el encargado de las transiciones (además de ejercer de narrador) entre ambos entornos en los que los actores, salvo Falstaff, el rey Enrique IV y el Príncipe de Gales, alternan su papel cortesano con el de taberna.

Pedro Casablanc será el encargado de interpretar a Falstaff y de meternos en el pellejo de este bufón de la corte que vive en una fallida farsa continua que no engaña a nadie. Pedro lo borda y efectúa una interpretación magistral, tanto en la caracterización, como en la vocalización y gestualización. Las conjuras y las luchas de poder corren a cuenta de Sonsoles Benedicto, Alfonso Lara, Jesús Barranco, Raúl Arévalo, Rulo Pardo, Alejando Saá y Carmen Machi, que resultan creíbles y bien definidos pero que a ratos nos pierden en una conversación con mezclas inconexas que no vienen a propósito, aunque el sentido final queda más que claro y patente. Con un escaso material escénico, acompañado de una excelente iluminación y un vestuario correcto queda resuelta perfectamente la puesta en escena. Un montaje el de Andrés de Lima muy superior al desconcertante 'Penumbra' puesto en escena junto con Animalario.

En el Teatro Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional, hasta el 1 de mayo.