JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 09/04/2011

Hace un par de meses JOSÉ IGNACIO LAPIDO estrenó en "petit comité" su nuevo disco en el recoleto Teatro de Cajagranada, pero la cosa no podía quedarse así, y se necesitaba una aforo mayor para acoger la buena aceptación que 'De sombras y sueños' ha tenido. Cualquier excusa es buena para hablar con él, y para ustedes le lean. Hoy sábado en la Industrial Copera de Granada, hará el reestreno amplio y popular de ese disco.

- He notado que para este disco todos los que le entrevistan se le dirigen "de usted", ¿siente ese respeto?

- Es una pena que el "usted" se haya prácticamente perdido en el habla española. En Hispanoamérica no es así. Supongo que los periodistas que se dirigen a mí de esa manera lo hacen porque suelen ser jóvenes que me ven como una reliquia de otro tiempo, que ya grababa discos de rock cuando ellos estaban en tercero de EGB. Hay otros que me hablan de usted por algún atavismo difícil de explicar. Por ejemplo, usted y yo nos conocemos desde hace más de treinta años y todavía nos hablamos de usted. En el asilo todos nos hablaremos de usted.

- Y que le preguntan muchas veces las mismas cosas que a un terapeuta, incluso argentino... ¿es lo que tiene escribir del haz y el envés del alma?

- Es cierto. No sé por qué extraña razón piensan que un tipo que toca la guitarra eléctrica puede tener respuestas a las angustias vitales de la gente. A mí se me hace muy cuesta arriba algo tan simple como cambiarle una cuerda a mi guitarra, ¿cómo voy a tener ánimo de intentar si quiera cambiar algo de este enloquecido mundo? En mis canciones hay muchas dudas y pocas certezas.

- Mi redactor jefe me dice cada rato "llama a Lapido a ver qué opina"... ¡se ha convertido en un notable de la ciudad! ¿Es muy pesado que le hayan convertido en un "todólogo"?

- Puede resultarle paradójico, siendo columnista de opinión, pero Lapido no tiene una opinión formada y estructurada de casi nada. Es más, si no me pagaran por opinar no opinaría. Como ve, ya estoy hablando en tercera persona de mí mismo, que es uno de los primeros síntomas de la enajenación mental. Mala cosa. Por otro lado, usted me atribuye la condición de notable de la ciudad, que es el escalafón inmediatamente inferior al de sobresaliente. Todo se andará. En cualquier caso no sé qué decirle sobre esto. Yo opino una vez a la semana y de vez en cuando me llaman colegas suyos para que les diga qué pienso de determinado asunto. Tampoco es tan insoportable como para arrojarse por el tajo del pollero.

- A varios meses vista... ¿Qué tal va el disco?

- El disco y la gira han ido mejor que en ocasiones anteriores. No mucho mejor pero sí algo mejor. Si sigo en esta línea ascendente dentro de 15 discos y cuatro recopilaciones podré tocar en estadios de fútbol.

- Trabaja desde la más esforzada independencia, pero luego lo estrena en el "vientre del monstruo" (en palabras del poeta Martí)... ya me dirá...

- Estrené mi disco en Granada en el Teatro Isidoro Máiquez porque la Fundación CajaGranada me lo cedió muy amablemente. Es un sitio que suena muy bien. Como usted no ignora, las salas de conciertos hay que alquilarlas a un elevado precio para tocar, y yo ya he tocado varias veces en todas las que hay en Granada. En este teatro no había tocado nunca. La elección era lógica. En cualquier caso, ahora voy a redimir mi "pecado" y voy a tocar en la Copera para que usted pueda ver el concierto desde la barra, como Dios manda.

- El abogado del diablo (que está colegiado en Granada) me dice que le pregunte si ha notado mucho el aliento de 'Cartografía' en la nuca.

- El aliento de 'Cartografía', como dice su colega, es agradable y estimulante. Creo haberlo dicho otras veces: yo intento hacer el mejor disco que puedo en el momento que las circunstancias me lo permiten. Creo que mis discos son instantáneas de una determinada época de mi vida. Éste último lo grabé en Motril, cerca de donde hacen el ron Pálido y de donde asan unos espetos de sardinas impresionantes, pero desgraciadamente nada de eso catamos durante la grabación, que fue dirigida por un alemán muy trabajador. No hay derecho. Las canciones de 'De sombras y sueños' creo que van a envejecer bien, mejor que yo incluso.

- Y hablando del maligno, ¿en qué ha quedado aquel proyecto de "Lapido en el cruce de caminos"?

- Ya no me cabían todos los proyectos que tenía en el cajón y los he metido en un arcón del siglo XVII. El disco de blues, el libro de poemas, el disco de instrumentales, el de versiones de Buddy Holly... lo mejor es no proyectar nada y limitarse a hacerlo cuando se pueda.

- Está usted casi ya cumpliendo los cincuenta... Ahora que es casi pareja de hecho de Miguel Ríos, ¿entiende lo suyo o piensa que esto del rock, como el blues, el folk, el jazz o Gigliola Cinquetti, ya no tiene edad?

- Si yo dijera que con casi cincuenta me siento más joven que nunca, como suelen decir muchos, estaría diciendo una chorrada y le estaría mintiendo. Cuando yo empezaba en esto, a finales de los 70, veía a los músicos de la generación de los 60, que en esa época debían tener treinta y pocos, como unos vejestorios. Supongo que ahora me verán a mí de esa poco piadosa manera. La percepción de la edad cambia mucho con los años. Ahora ya tienen edad de formar una banda los nietos de los rockers primigenios de los 50. Son tres generaciones. Eso, valga la redundancia, le da al género, cierta respetabilidad e intemporalidad, aunque sólo sea por una razón demográfica. En cualquier caso, lo importante son las canciones. Oyes 'Gimmie Shelter', que es del año 69, y te olvidas de estas consideraciones biológicas. Ojalá hicieran canciones así los jóvenes de 20 años.

- ¿Cuántas veces al mes de "promo" le preguntan por la reunión de los "Cero"?

- Me alegra que me haga esa pregunta. La siguiente.

- Pequemos de originales: ¿Y...?

- La originalidad está sobrevalorada. Y lo está por ignorancia. Habitualmente se califica de original lo que no es sino una recreación de algo anteriormente hecho, pero como el que pone el calificativo desconoce ese precedente... Los "Cero" bien, gracias.