ARTISTAS, GRUPOS...:
Mauri Sanchis | Blas Fernández | Damon Robinson | Judith López
GÉNEROS, ESTILOS...:
Acid Jazz | Funk | Gospel | Soul
SALAS, FESTIVALES...:
SELLOS, DISTRIBUIDORAS, EDITORAS, PROMOTORAS...:
Todo son dobleces en este excepcional organista que se codea con las grandes estrellas del jazz estadounidense de tú a tú.
Anómalamente ausente de los escenarios granadinos en su doble faceta: la del jazz (sí estuvo en Jazz en el Lago) como en la groove, es un placer reencontrase en cualquier condición con el organista alcoyano MAURI SANCHIS, extraordinario seguidor del espíritu de los Smith, Jimmy y el Dr. Lonnie por el lado oscuro, y de Jon Lord por la cara blanca... y dura. Todo son dobleces en este excepcional organista que se codea con las grandes estrellas del jazz estadounidense de tú a tú, porque igual frecuenta la musica del diablo que la del divino, el blues, el soul, el funk o el gospel y los "ojapidays", que apurando fue el subtítulo del concierto que dio el viernes noche en Granada, más espiritualidad que de otra cosa, si acaso porque tocaba en la sede de la Caja de Ahorros, donde habita el nuevo dios, el de los mercados. El entorno físico y luces no fueron lo más adecuado para esta música, pero ese fin de semana no había otro escenario libre en la ciudad, ni si quiera los más canallas, y aún así Mauri arrebató -como no podía ser menos- el espíritu a los presentes, que rompiendo con la formalidad del espacio terminaron bailando y arañando el primoroso parquet.
Acostumbrado a bandas multitudinarias, Sanchis ha estrenado aquí su segundo modelo de trío: lleva uno con guitarra y batería, y en este lo hace también con Blas Fernández en las baquetas, pero con la cálida voz del californiano Damon Robinson y excepcionalmente con el apoyo arrebatado de la bilbaína Judith López. La diferencia de este formato más portátil, en el que el Hammond lo sustenta absolutamente todo, afecta también al programa, aparcando la prioridad del material propio que requiere más variedad tímbrica, para salpimentar la noche con piezas de una contrastada eficacia en directo: 'Moondance' de Morrison o el 'Ain't no sunshine...', de tantos como el 'Stormy Monday'; ambas perfectas para el lucimiento de un sutil y embelesador Damon. Con la entrada de la potente Judith ambos reclamaron protagonismo por encima incluso del mismo organista titular, en poderosos manos a manos con cumbres importantes, para la bilbaína en 'Summetime' o un 'Amazing Grace' de "chupatedomine" en tono litúrgico de misa de doce (en Harlem, por supuesto). Una recta final santísima que continuó con una jam de gospel, el celebre 'I'll fly away' y un sorprendente 'Let the sunshine in' que además de reivindicar una vez más la magia del inagotable repertorio 'Hair', escuchado precisamente ahí, "en el vientre del Capital" (que diría José Martí) permitía otras lecturas más ajustadas a la contemporaneidad. Y la fiesta, como no podía ser de otra manera en un tipo coronado como "Funkmaster cumlaude" en los USA, derivó hacia menos alma y mucho más cuerpo. Enorme Sanchis.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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