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The Rural Alberta Advantage | Triángulo de Amor Bizarro | Paul Banwatt | Amy Cole | Nils Edenloff
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Saddle Creek | Mushroom Pillow
Con candidez y frescura, sin complicaciones, prescindiendo de planteamientos rebuscados, el trío acierta con estribillos que calan fácilmente.
La tercera jornada del San Miguel Primavera Club 2010 presentó en la sala Charada de Madrid a uno de los "triunfadores" de esta edición, los canadienses THE RURAL ALBERTA ADVANTAGE. El trío de Toronto es una de las bandas más divertidas, sólidas y radiantes de la nueva hornada surgida desde Canadá. Con candidez y frescura, sin complicaciones, prescindiendo de planteamientos rebuscados, el trío acierta con estribillos que calan fácilmente, insertando en sus canciones pasajes simples de texturas dulces y sencillez instrumental que a veces tiran por el pop de toques electrónicos y otras se acercan al folk. Una gozada, vamos.
Su batería, Paul Banwatt, hace funcionar la máquina a la perfección, tanto en los temas más bailables ('Four Night Rider', 'The Ballad of The RAA', 'Don't Haunt This Place'...) como en los más rockeros ('Luciana', 'The Dethbridge in Lethbridge', 'Drain the Blood'...) plasmando ritmos complejos que son el contrapunto perfecto a la sencillez de sus dos compañeros de grupo: una animosa y dulce Amy Cole, a cargo de los teclados y percusiones varias, y un Nils Edenloff que conmuta guitarra acústica con teclados, perfecto en ambas parcelas y con una voz muy personal que permite crear con su compañera de primera fila de escenario pasajes vocales y corales preciosos. ¡Qué más se puede pedir! Fue un concierto plenamente disfrutable para los amantes del pop bien hecho que llenaron la sala madrileña y salieron totalmente satisfechos.
Antes que los canadienses subían al escenario uno de los grupos españoles más respetados: TRIÁNGULO DE AMOR BIZARRO. Lo de los gallegos fue lo opuesto a lo de los canadienses. Buscando los ambientes asfixiantes a través de la distorsión y concibiendo su concierto como una carrera de fondo, sin tiempo para respirar, consiguen crear unos ambientes de tensión instrumental recargada e impactante. Cuarenta y cinco minutos de concierto "a piñón" y sin anestesia. La acelerada 'El crimen: cómo ocurre y cómo remediarlo' con la que se despidieron sintetizó el conjunto de su directo: fuerza, acoples, ahogo, desgarro, nihilismo, irreverencia y necesidad de epatar.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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