DANI ILLANA  |  Jaén, 07/11/2010

Era un acontecimiento que no se recordaba desde, no sé, posiblemente Julio Iglesias. Conseguir dejar casi un centenar de personas esperando en la puerta y sin entrada en Jaén para ver un concierto es algo tan extraño que casi roza lo surrealista. La estadística nos dice que en Jaén es más fácil no vender ni una entrada que venderlas todas y, sin embargo, ellos lo consiguieron, demostrando que son una de las bandas con más potencial del país. Si en 2009 el fenómeno se llamó Vetusta Morla y este año hemos tenido Love of Lesbian hasta en la sopa, en 2011 apuesto por SUPERSUBMARINA como punta de lanza del indie nacional.

Lo del sold-out tiene aún más mérito por haberse hecho en una sala que no es precisamente pequeña: Kharma inauguraba con este acontecimiento una extensa programación que ofrecerá, cosa olvidada ya, música en vivo todas las semanas para los jiennenses. La primera fecha fue un acierto por todas partes, esperemos que deje consecuencias positivas.

Había tanta gente esperando a Supersubmarina que ya EL ALPINISTA se encontró un buen número de espectadores. Con su pop fresco de melodías domesticadas, pero no exentas de un acertado punto de aceleración, conectaron enseguida con el que fue, a la postre, gran protagonista de la noche, el público, que a pesar de desconocer en su inmensa mayoría los temas de la banda madrileña, al segundo estribillo se sumaba a corear los temas de 'El atasco universal'. Los mejores momentos llegaron con 'Lucas sigue despierto', una canción que suena tan bien que incluso hizo que Jose ("el chino") de Supersubmarina se sumara a cantarla con ellos, y con 'Hazlo', la acertada reinterpretación hispánica del 'Do it' de Sunday Drivers, no es fácil adaptar tan al punto un texto y mantener todo el espíritu de la canción, ni siquiera se echó de menos a Álex Ferreira.

Superadas las once de la noche el delirio se hizo patente entre los presentes, cuando Supersubmarina salieron al escenario disparando 'Eléctrico'. La mitad de los presentes no superaban los veinte años, para algunos seguro que era su primer concierto; por eso se notaba esa mezcla entre entrega ingenua y explosión nerviosa, a lo que hay que sumar que los baezanos se desenvuelven muy bien en las tablas, sobre todo esa figura central que es Jose: joven, guapete, con cierto carisma y personalidad que le dotan de un magnetismo que la gente de las primeras filas experimenta de una forma desbocada, recibiendo cualquier gesto o comentario como una nueva motivación para seguir entregando su voz a corear unas canciones que se saben al dedillo.

La electrónica primaria y las capas de guitarras no esconden, al final, unas canciones de base melódica clásica, rotundamente pop, elegantes y a la vez adictivas al oído, de consumo voraz y adaptadas a todos los públicos, lo que hace que iniciados y profanos lleguen hasta su música sin problemas. Si a esto sumamos unos textos sencillos y acaramelados, el cóctel esta servido. Un ejemplo claro de esto es 'Niebla', segunda canción en su setlist, que ya provocó los primeros ejemplos de marea humana en Kharma. Renunciando a las versiones, Supersubmarina hicieron un concierto de más a más, con un bajón a mitad, donde incluso se permitieron tocar una canción del que será su próximo largo y que anuncia nuevas líneas rítmicas. También rescataron 'OCB', canción de su maqueta no recuperada en 'Electroviral'. La canción más coreada de la noche fue 'LN Granada', una composición que tiene un toque bastante cursi; quizá precisamente por eso. Personalmente, me quedo con la simpática 'Elástica galáctica', que resolvieron disfrutándola en cada acorde, sería porque Jose decidió dedicársela a Pope, el simpar bajista de la banda, que guarda las espaldas de la rítmica de la potente sección de cuerdas.

El broche de oro lo pusieron los baezanos con un bis magnífico en el que unieron una larguísima y estupenda interpretación de su canción homónima con un 'Cientocero' demoledor. Auténtica catarsis y más de cuatrocientas personas satisfechas. Todas las conclusiones que se puedan sacar son positivas: la primera es que hay que felicitarse porque la iniciativa privada dé un paso al frente y, además, no se deje la pasta por el camino, la segunda porque no hay mejor manera de demostrarle que esto puede funcionar que mostrándolo, así, de forma práctica, además el público se fue muy satisfecho, lo que invita a que pueda volver en ocasiones futuras y, además, la banda dejará una buena referencia del público y el local. Yo mismo estoy tan contento que hasta se me ha olvidado que en ese mismo local, años ha, una señora le apagó los "amplis" a Automatics.