CARMEN OCAMPOS  |  Madrid, 27/10/2010

Hasta el 26 de diciembre podemos disfrutar en CaixaForum Madrid (Paseo del Prado, 36) de la exposición 'Federico Fellini. El circo de las ilusiones', que analiza al mito y nos presenta a FELLINI a través de sus obsesiones.

La exposición recoge fotografías, dibujos y películas de Fellini, algunas hasta ahora inéditas. Gira en torno a cuatro grandes temas: Fellini y la cultura popular (cómics, publicidad, televisión y prensa), Fellini en su trabajo (guionista, elección de vestuario y decorados, dirección de actores y dirección cinematográfica), la ciudad de las mujeres (Anita Ekberg, Giulietta Masina y Anna Magnani) y Fellini o la invención biográfica (ficción o realidad); y dentro de estos temas se desarrolla la temática de sus películas, lo que le fascina u obsesiona, como el music-hall, el circo, las mujeres, los sueños...

Federico Fellini nació en Rímini en 1920 y murió en Roma en 1993, estuvo casado con la actriz Giulietta Masina. Está considerado uno de los grandes maestros del cine del Siglo XX. Su filmografía es muy extensa: 'El jeque blanco', 'La dolce vita', '8 y 1/2' o 'La ciudad de las mujeres', entre otras. Su alter ego fue Marcelo Mastroianni.

Con 19 años llegó a Roma y comenzó a trabajar como caricaturista en varias revistas y como guionista con Roberto Rosellini. A partir de los años 50 llevó sus imágenes al cine. Nunca dejó de dibujar, a sus colaboradores les mostraba en dibujos lo que quería que hiciesen. En 1950 debuta, co-dirigiendo junto a Alberto Lattuada, con 'Luces de variedades'.

Un año después, en 1951 dirige, él solo por primera vez, 'El jeque blanco', donde cuenta las aventuras de una recién casada que abandona a su marido para conocer al héroe de su novela favorita ("El jeque blanco") y descubre las extravagancias del mundo del espectáculo; en el rodaje conoce a Nino Rota, quien compondría la mayoría de las bandas sonoras originales de sus películas.

En 'La Strada' (1954) recrea el mundo del circo. La fantasía, la bufonada, la ausencia de intelectualidad le gustaban. Los "grotescos" forman parte del cine de Fellini. Antes de cada rodaje ponía un anuncio en los periódicos: "Federico Fellini recibirá a todos aquellos que quieran verle", veía a mil para incluir sólo a dos en su película, acudían todos los locos de Roma.

Como trabajaba con gente que no eran actores, no usaba sonido directo, prefería que éstos contaran en lugar de recitar texto, así no tenían que preocuparse por recordarlo; les decía "cuenta hasta 6, lento y con amargura, después continúa hasta 29 añadiendo desprecio". Hacía un casting de voces y en post-producción doblaba las películas.

En los años 50, Roma se convierte en el "Hollywood del Tíber", para reducir costes los americanos se instalan en Italia, los estudios Cinecittá se convierten en foco de los fotógrafos pero sólo algunos pueden acceder, los demás buscan a las estrellas de cine en los bares y salas de fiesta en busca de algún escándalo, si la fotografía es buena será portada al día siguiente, así nace la prensa del corazón y esa nueva profesión. Fellini dio nombre a esos fotógrafos en 'La dolce vita' (1960), el actor Walter Santesso interpreta al fotógrafo Paparazzo, desde entonces serán llamados "paparazzi" estos nuevos fotógrafos. Para la escena de Anita Ekberg bañándose en la Fontana de Trevi, Fellini cogió la idea de unas fotografías de la misma actriz que habían aparecido un tiempo antes en una revista.

En 'Las tentaciones del doctor Antonino' (1962) aborda el tema de la moral, Anita Ekberg aparece (con un generoso escote) tumbada en una valla publicitaria anunciando leche, el médico Antonino indignado tratará de censurarlo, pero Anita Ekberg sale del cartel dispuesta a seducirle. Las obsesiones femeninas de Fellini se suceden en sus películas y él se siente a gusto con ellas.

En 'Roma' (1972) Fellini recrea las trattorias de Roma que él conoció cuando llegó a esta ciudad. Critica y parodia la televisión privada en 'Ginger y Fred' (1986), en los años 80 Ginger y Fred están olvidados por el gran público, sólo les queda aparecer en televisión rodeados de enanos e imitadores de estrellas de cine. Esta muchedumbre forma parte del universo felliniano.

Cuando le preguntaban por el título de su próxima película siempre decía 'Mastorna'. Nunca llegó a filmarla, la iba aplazando y cuando estaba rodando las primeras escenas cayó enfermo y tuvo que suspender el rodaje. Creó el storyboard y se lo envió a su amigo Milo Manara que lo publicó en cómic en 1992 con la firma Fellini-Manara, no llegó a ser película.

Fue nominado 24 veces a los Oscar y ganó 8 premios: 4 por película extranjera, 3 al mejor vestuario y un reconocimiento a su carrera en 1993.