JERÓNIMO SALAS  |  Madrid, 22/01/2021

- ¿Cuántas exposiciones has tenido hasta ahora?

- Entre individuales y colectivas alrededor de veinte. La mayoría han sido en Madrid porque es la ciudad en la que resido, pero tengo la suerte de que mis obras también hayan sido exhibidas en Cali (Colombia), Barcelona, Cáceres o Asturias.

- ¿Cómo y cuándo llegaste a esto del collage?

- Llevaba varios años en el mismo trabajo y por motivos familiares y personales llegó un día en que lo dejé. A partir de entonces empecé a tener mucho más tiempo libre y necesitaba ocupar la mente y canalizar distintas emociones. Realmente surgió como una terapia y comencé de manera autodidacta en 2017.

- Y en estos primeros años de andadura, ¿cómo ha ido? ¿Cuál es tu resumen?

- Estoy muy contenta porque todo esto empezó como algo personal sin ninguna aspiración comercial o laboral, y creo que las cosas hechas con cariño y mimo al final generan resultados muy bonitos. Empecé vendiendo y recibiendo encargos de mi círculo más cercano y a día de hoy me contactan clientes que no conozco personalmente o artistas están interesados en que yo ponga imagen a sus proyectos. Y lo que más me reconforta es que lo que les interese sea algo hecho a mano y único.

Es cierto que es muy difícil poder vivir del plano artístico en este país, por lo tanto la pega que pondría es tener que recurrir a complementar mi faceta de artista con otros trabajos para poder llegar a fin de mes.

- ¿Cuál es la metodología que sigues?

- Tengo mucho material recopilado (revistas, fotos antiguas, postales, entradas…) y cada cierto tiempo lo reviso y voy clasificando imágenes que considero que tienen un potencial, bien sea por su composición o por el mensaje que transmiten, incluso por el tamaño que tienen. El hecho de trabajar siempre con material original y de archivo hace que componer tenga un plus de dificultad, pero cuando el diseño encaja y eres capaz de crear una narrativa nueva a partir de algo que ya existe, es como hacer magia.

- ¿Cómo definirías tu estilo y qué temáticas desarrollas?

- Mi proceso personal es muy intuitivo e instintivo, no suelo plantearme temáticas a priori. Sí es verdad que en cuanto escarbas un poco dentro de ti mismo, enseguida afloran las cuestiones que a cada uno le preocupan, inquietan o remueven, y muchas de ellas suelen repetirse. El arte también es una forma de conocerse a sí mismo. En mi caso, un tema muy recurrente son los mundos interiores, que básicamente consisten en vaciar lo superficial (generalmente el rostro) para encontrar algo más profundo (identidad o historia que contar), tanto a nivel narrativo como compositivo. También he trabajado a menudo el papel de la mujer dentro de la sociedad, la arquitectura o las ciudades, el amor en sus diferentes versiones... Y cuando se trata de encargos, tienes que adaptarte a los parámetros o directrices que te marquen, pero siempre tratando de imprimir tu sello y tu visión.

- ¿Sigues a algunos artistas o hay alguien que te inspire especialmente?

- Sí. Cuando me adentré en el mundo del collage empecé a investigar a tope y descubrí que había muchísimos artistas (más de los que yo pensaba), sobre todo mujeres, que hacían cosas increíbles. Esto siempre es fuente de inspiración. Katrien De Blauwer en el plano internacional o Susana Blasco o Marisa Maestre en el nacional son diseñadoras que me apasionan. Luego vas encontrando tu estilo, en mi caso el de diseños sencillos y con pocas pero potentes capas de información (para mí, menos es más siempre), y también comienzas a seguir a gente que trabaja líneas parecidas y de las que puedes nutrirte. Una de las ventajas del fácil acceso a Internet es que puedes contactar o seguir el trabajo de casi cualquier persona en el mundo.

Y después, campos como el surrealismo y el humor para mí son canales de transmisión más que fuente de inspiración. El surrealismo me permite hablar de cosas universales a través de composiciones más extrañas o fuera de lo común, y el humor y la ironía son vías comunicativas con las que me siento cómoda para transmitir cuestiones cotidianas desde un punto de vista menos obvio.

- ¿Pretendes hacer crítica con tu arte?

- Siempre trato de que todas mis obras tengan un mensaje. Hay algunas que son puramente estéticas, pero en la mayoría intento que se reflejen problemas o cuestionen que me preocupan y a los que quiero dar voz a través del arte.

- ¿Cuáles son tus proyectos más inminentes?

- Hasta el 31 de enero se puede visitar en Nave 73 (c/ Palos de la Frontera 5, Madrid) mi exposición 'Así que pasen cinco años'. Se trata de doce obras originales hechas a mano y cada una representa un personaje de la adaptación dirigida por Óscar Velado de la obra de teatro de Federico García Lorca. Se trata de una visión muy personal y moderna. Este tipo de procesos creativos me apasiona porque me permite fusionar disciplinas artísticas y crear a partir de obras de artistas tan potentes es una delicia. Todas las obras de la exposición están a la venta al público.

- ¿Qué te queda por hacer, adónde te gustaría llegar dentro del collage?

- Realmente me queda todo por delante. Me encantaría poder llegar a vivir al ciento por ciento de esto, pero de momento doy gracias por poder seguir exhibiendo mi obra, colaborar con artistas a los que admiro y de los que siempre aprendo, seguir teniendo contacto con público que conecta con lo que hago, y abordar nuevos campos y caminos dentro del collage para seguir emocionándome y conmoviéndome con lo que hago. Sería la leche que esta terapia me siga funcionando durante mucho tiempo, o incluso toda la vida.

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