DANI ILLANA  |  Jaén, 09/07/2010

THE FUNK ON ME, el combo de Ferni Córdoba protagonizó la noche del jueves en el Festival Jazz entre Olivos. Cuarto evento, primero de los tres que se realzian en el Parque Andrés de Vandelvira, en que el director del evento, Ángel Millán, ha bautizado como el Central Park de Playmobil. La noche se presentó propicia. Un numeroso público, compuesto por varios centenares de personas difíciles de calcular con exactitud se agolpaban frente al escenrio en una noche fresca y agradable. Familias, grupos de amigos y algún que otro amante del género solitario (como un servidor) disfrutaban de un inmejorable marco y de una actuación que invitó a que la gente que se dejaba caer sobre la pradera se pusiera de pie y se dejase llevar por la música de un combo que suena rematadamente funk, aún siendo blancos en su mayoría, si es que eso, a estas alturas del Siglo XXI, importa mucho. El funk pervive, desde que James Brown le diera su toque personal al blues atlántico, como una música que se entide de negros y para negros. Aunque a muchos blancos nos vuelve locos.

Pero The funk on me están empeñados en demostrar cuán equivocados están los que siguen poniendo etiquetas a la música, aunque esté tan aparentemente encorsetada como la que hacen ellos. Estamos hablando de un noneto que funciona como un reloj suizo, con un sonido casi de "big band", y que se mueve en un territorio complejo como es el de una música que exige a partes iguales ritmo y virtuosismo. Si tuviéramos que entrar a analizar el talento individual de cada uno de sus miembros este texto podría extenderse más de lo que usted está dispuesto a aguantar, por lo que inicidiré en la capacidad que tiene la banda de aprovechar las condiciones de cada uno de los miebros para sumarlas al colectivo. Ferni Córdoba explicaba al incio de la actuación que su base es el blues de Nueva Orleans y a eso suena la formación, al ambiente que se respira en Lousiana. El funk es jazz, es soul, es blues... entendidos de una forma muy particular.

Pero no sólo era esa forma de tocar lo que hacía que The funk on me engachase a todos los presentes, sus músicos daban todo lo que llevaban dentro. La sección de viento, con Patxi Urchegi a la trompeta, Víctor Correa en el trombón de varas, Luis Gutiérrez en el saxo alto y Rubén Morán en el tenor estuvieron, la noche del miércoles, excepcionales, con un sonido redondo y sexy que contagio al público del Parque Andrés de Vandelvira. En las cuerdas había dos auténticos jabatos: el guitarrista Ricky Ahir tiene una cadencia muy particular en su mano y usaba el "wah-wah" con muchísimo acierto, mientras que de Gary Raciman sólo se puede decir que para hacer funk la base es un buen bajo, y The funk on me tiene una base inmejorable. La sección rítmica la completaba Jaime Little, un baterista sólido con una capacidad pocas veces vista de anticiparse a los deseos de sus compañeros. Todo esto formaba el combustible con el que incendiar la noche, pero era necesaria la chispa y, en este caso, llegaba desde dos gargantas, las de Genevieve Sylva y el propio Ferni. La de Birmingham estuvo fenomenal en un rol más secundario del que acostumbra a realizar, mientras el líder de la banda demostró que tiene en sus cuerdas vocales registros de hombre y de mujer, de blanco y de negro, de bajo y de soprano. Si a eso le sumamos presencia, movimiento, liderazgo, una muy buena técnica de micrófono y una desbordante pasión por la música el resultado es fascinante. Después de haberlos visto en las ediciones de 2008 y 2010, la única duda que surge es por qué no estuvieron en 2009. Casi que abría que ir buscándoles ya un sitio para el año que viene.