JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 19/03/2020

Cantante y compositor desde los doce años, RAÚL ALCOVER fue pionero en el encuentro entre el flamenco y la canción de autor, y en este sentido realizó para el disco 'Omega' una de las adaptaciones más aplaudidas de Leonard Cohen: 'Pequeño Vals Vienés'. Tras pasar una temporada en Hispanoamérica, Raúl enriqueció con la tórrida luz de aquellas tierras sus nuevas canciones. Y ahora, auspiciado por la Casa Museo de Federico García Lorca, acaba de publicar un disco monográfico dedicado al poeta de Fuentevaqueros: 'La Voz de Federico'.

- En 1964 por Paco Ibáñez conocimos las primeras canciones basadas en textos de Lorca, ¿no?

- Paco Ibáñez es una referencia indiscutible. Sus músicas a textos de poetas españoles y a Lorca en particular son difícilmente superables. Las cosas bien hechas mejor no tocarlas, por respeto. Al versionar algunas de ellas, no puedo más que añadirles un toque personal.

- Luego vinieron muchos Amancio Prada, Hilario, Marea, Ana Belén, Serrat, Membrives, Poveda, Cohen, Morente, Valdivieso, Silvia Pérez Cruz, Carlos Cano... y hasta un disco completo 'Poeta en Nueva York'... De todos, ¿quiénes le han parecido más conseguidos?

- Todos son válidos. Pero ya que me lo pregunta... Amancio, Carlos, Cohen y Morente.

- ¿Podríamos decir que Lorca es el autor que más ha atraído a los músicos? ¿Por qué?

- Sin duda. Federico es uno de ellos... músico antes que poeta y escritor. Federico escribe con acento musical. Toda su obra esconde infinitas notas y melodías. Solo hay que saber buscar y encontrarlas.

- En su caso ha sido como volver, porque ya hizo el 'Canto de los Marineros'...

- Lorca, su nombre, su obra... caminaron por mi vida aún siendo niño. Desde los primeros veranos en Víznar y cerca de Las Colonias, pasando por el Manifiesto, y sí, ese 'Canto Nocturno de los Marineros Andaluces' (tan extendido en el Flamenco) por el que logré una nominación a los Premios Goya de Cine y tantas otras circunstancias que me hacían volver al mapa de Federico, desembocan en este último trabajo que viene a poner algo de luz en su voz perdida y en sombra. Lorca es intemporal y hay quien dice que he sabido rejuvenecerlo para que siga siendo eterno. Gracias.

- ¿Ha sido complicada la selección de tan solo 17 piezas? ¿Qué criterio ha seguido?

- Diecisiete canciones... son bastantes, ¿no le parece? Todas se resumen en apenas cuarenta y cinco minutos. No he querido abusar de estribillos ni solos de instrumentos ni cosas por el estilo. Estas canciones reflejan mi relación durante años con la vida y la obra de Federico García Lorca. Hacen un libro que despliega lentamente sus hojas de colores y en ellas aparece un Federico real y vivo con el que viajamos desde Granada hasta Málaga y Cádiz, de Nueva York a La Habana, de Argentina y Uruguay hasta Galicia y Madrid. He intentado ser coherente para conseguir un disco original y necesario aportando mi mejor voz con solera. Todo el trabajo se refuerza con dos temas nunca antes musicados: 'Camino' y 'Amparo'. Otros: 'Mi pueblo' y 'Madrid', nacen de textos basados en afirmaciones del propio Federico. Es una selección escogida y nada tópica, de perspectiva actual y moderna. Las combinaciones son infinitas y a mí se me da bien escuchar la voz soterrada de los poetas.

- Usted estuvo en la trastienda del 'Omega'. ¿Le ha servido aquella experiencia para ahora volver a Lorca?

- No. Cada cosa en su sitio. Tratar a Cohen para Morente fue valioso. Sobre este asunto se comentó mucho. La verdad la sabemos Enrique y yo. Quizás la cuente algún día. En fin, luego tomé otras veredas y como digo nunca dejé de volver a Lorca.

- Precisamente Morente inauguró la serie de grabaciones de la Casa Museo, el suyo es el segundo...

- Me conformo con ese puesto.

- El trabajo, como no podía ser menos viniendo de usted, suena muy luminoso y muy sureño, muy nuestro... ¿Qué recorrido va a tener este disco?

- Si por mí fuera... ¡la vuelta al mundo! La universalidad de Lorca es indiscutible. Quiero señalar que el éxito de este proyecto ha de repartirse con técnicos y músicos implicados y sensibles, para lograr entre todos mi propuesta personal en huir de estridencias tratando la sencillez, cualidad lorquiana que siempre hizo un Federico más cercano a la gente. Y claro que no puedo evitar la luz del Sur en mis canciones. Me halaga que incida en... "muy nuestro" porque así también lo considero y confío se entienda. Federico decía: "Madrid me encanta y no tengo prisa en ir a Granada". Lo comprendo. Sabe usted, a veces tengo la impresión de jugar, en mi propia casa, de visitante.