RICARDO RUIZ VARO  |  Burgos, 21/06/2019

Lo confieso, casi me pilló por sorpresa la publicación unas horas antes de la entrevista de 'La Zona Galáctica', el nuevo single de LA M.O.D.A., esa banda de burgaleses que tantísimo me han impactado siempre con sus directos. Los empecé a escuchar más asiduamente a partir de un concierto muy íntimo que dieron hace dos años para unas cuantas personas en el Museo del Ferrocarril. Ahí me fliparon y me ganaron por su cercanía. Ahora, he podido comprobar que esa sinceridad y cercanía no solo la desprenden en el escenario, también la demuestran en el tú a tú. Sin creerse nada, han pasado a significar muchísimo para la música española. Esta fue una charla tranquila y muy sincera, como lo es David, un tío que merece la pena conocer.

- Hace una semana estrenasteis por sorpresa 'Colectivo nostalgia', una balada que, si bien difiere en algunos aspectos, es muy parecida al sonido al que nos tenéis acostumbrados. Hoy, sin embargo, ha salido 'La Zona Galáctica', que es radicalmente opuesta a la propuesta del primer single. ¿Ha sido intencionado crear ese contraste entre ambos temas?

- Sí, queríamos que estas dos canciones reflejasen dos caras de las múltiples que creemos que puede tener el grupo. Nos gustaba jugar con la idea del contraste entre dos canciones opuestas, completamente diferentes. Creemos que cada una con su medida y con su forma expresan lo que somos.

- Otra de las diferencias está en la letra: una es una balada muy intimista y personal, mientras que 'La Zona Galáctica' es casi una canción protesta...

- Siempre hemos dicho que nuestras letras tienen dos dimensiones: unas son más intimistas, individualistas o sentimentalistas y otras son más colectivas, plurales, reivindicativas o, incluso, inconformistas. Estas dos canciones sirven para ilustrar esa dualidad. 'Colectivo Nostalgia' pertenece al primer grupo, al de lo íntimo, mientras que 'La Zona Galáctica' pertenece a lo colectivo. Realmente, uno no lo piensa a la hora de escribir la letra, pero luego sí que nos damos cuenta. De hecho, en 'La Zona Galáctica' hay una frase que dice "no caigáis en las canciones dramáticas" que, de alguna manera, es una crítica hacia nosotros mismos o, incluso, una burla al tipo de letras que solemos hacer habitualmente.

- ¿La creación de estas dos nuevas canciones responde a un ejercicio de búsqueda de nuevos límites sonoros, quizá para vuestro próximo disco, o las habéis sacado por el simple hecho de disfrutar componiendo?

- Es un poco de las dos. Por un lado, estamos disfrutando componiendo y expresándonos libremente, haciendo uso de esa libertad para hacer lo que nos dé la gana, sin atenernos a nada más. Y, por otro lado, estamos explorando nuestros propios límites como grupo.

- ¿Entonces es, en cierta manera, una reivindicación de la libertad creativa que en ocasiones los músicos ven limitada por compromisos que les obligan a grabar en un momento determinado y una cantidad de material determinada?

- No lo sé, podría ser. No obstante, creo que ahora con Internet todo el mundo es un poco más libre. Ahora funciona sacar cada canción acompañada de un vídeo y publicar temas sueltos cada cierto tiempo. Nosotros intentamos ver las cosas interesantes que hay en cada movimiento. Ahora quienes hacen la música que escucha el público más joven están dedicándose más a los singles, a sacar canciones sueltas acompañadas generalmente por algo visual. No creemos que haya una fórmula idónea, nosotros intentamos seguir nuestro propio ritmo: cuando nos apetece hacer un disco y consideramos que tenemos algo que decir, lo hacemos, y cuando tenemos temas sueltos tampoco queremos negarnos a sacarlos porque solo son temas sueltos "y las cosas no se hacen así". Hacemos un poco lo que nos da la gana.

- Y ya que hablas de los nuevos géneros que tanto gustan a los jóvenes... En los tiempos del reggaeton, el trap y los sintetizadores, vosotros subís al escenario con instrumentos como el acordeón, banjo, saxofón, mandolina, etc. ¿No es un poco arriesgado?

- Yo creo que no. Tampoco tenemos una propuesta muy experimental o alternativa. Lo que hacemos no deja de ser convencional, pero intentamos aportarle lo nuestro, nuestra forma de entender la vida y la música. Creemos que hay espacio para todo, no hay que cerrarse a nada, no hay que rechazar ningún estilo de plano. Hay espacio para lo que ahora se llama "música urbana" y para todo tipo de expresiones artísticas y estilos, porque lo que interesa de verdad es que la gente escuche música, que vaya a los conciertos y que toque instrumentos. Lo demás es perder el tiempo.

- Yo creo que vuestra música no es convencional. Vuestro sonido es muy particular y diferenciado, pero sin embargo algunos os enmarcan en ese cajón de sastre que llaman "género indie", en el que también incluyen a grupos totalmente distintos a vosotros, ¿estáis de acuerdo?

- No nos sentimos nada identificados con el término "indie" ni con ningún otro término. No nos gustan las etiquetas, tenemos influencias muy variadas. Además, creo que el término "indie" está un poco retorcido. Lo que se llamó música indie en Norteamérica, o incluso en Gran Bretaña, era una cosa y lo que se conoce por Indie en España es otra muy distinta. Es un cajón de sastre donde entran grupos muy diferentes, como tú decías. Si el criterio es ser independiente, hay muchos grupos que se consideran indies que no deberían ser tratados como tal, puesto que trabajan con multinacionales. No le veo mucho sentido, lo de las etiquetas es una pérdida de tiempo. Nosotros lo que hacemos es música con instrumentos poco convencionales. No nos preocupamos ni por las etiquetas ni por lo que hagan los demás. Ah, y te agradecemos que consideres que nuestro sonido está alejado de lo convencional.

- Es verdad que es muy complicado enmarcaros en un solo estilo, pero si alguien que no os conociera, os preguntara cómo es vuestra música, ¿qué le diríais?

- Música con instrumentos poco habituales que intenta expresar algo de forma sincera.

- ¿De qué sentís vosotros nostalgia?

- Es muy difícil condensarlo en una sola respuesta. Es una especie de sentimiento, o de presentimiento incluso, algo que está circulando en el aire y que no sabes si tiene que ver con tu infancia o con épocas que echas de menos... o también no sabes si eso lo has idealizado porque te has hecho mayor y el paso del tiempo te ha producido ese efecto... Creo que todos tenemos una parte de nuestro pensamiento que está con lo que ha sucedido en el pasado o con cómo podría haber sucedido de otra manera. Esta canción nace un poco de todo esto, supongo.

- Y hablando del pasado, ¿cómo se digiere que solo 7 años después de que un grupo de amigos y conocidos se juntaran para beber y tocar vayan ahora camino de llenar su segundo WiZink Center?

- Es un poco flipante, la verdad (risas). Tampoco lo pensamos mucho. Nosotros estamos aquí, todos los días ensayando, pensando en lo nuevo que sacamos, cómo hacer los directos... Tampoco tenemos muy claro todo lo que nos está pasando. Ojalá pudiéramos verlo con perspectiva y flipar, pero creo que somos bastante felices y conscientes de la suerte que estamos teniendo y de que se nos ha presentado una oportunidad que no todo el mundo tiene delante. También creo que estamos siendo consecuentes con nuestra forma de pensar: sin perder la cabeza, con los pies en el suelo, sin hacer chorradas y dedicándonos a lo que siempre hemos querido, que es tocar y hacer canciones.

- ¿En qué momento situáis ese punto de inflexión que os hizo pasar de ser una banda emergente a ser una de las bandas más consolidadas del panorama nacional?

- Yo creo que ha sido algo progresivo y fruto del trabajo del día a día, del boca a boca, de hacer muchos acústicos, mucha promo, dar muchos conciertos, hacer muchos kilómetros y no parar nunca de hacer discos... En definitiva, buscarnos la vida y estar activos. Porque también tenemos la necesidad de estar activos, no es solo porque queramos estar en boca de todo el mundo. Creo que, si ha habido un punto de inflexión, ha sido el paso al castellano. Con la salida del disco 'Quién nos va a salvar', en 2013, creo que empezó a cambiar todo.

- ¿En algún momento os habéis planteado volver al inglés?

- No.

- El año pasado fuisteis, sino el que más, uno de los grupos con más presencia en festivales. Este año no serán tantos, pero también se os podrá ver por muchos puntos de España. ¿Qué tienen de especial los festivales para que os guste tanto ir?

- Ahora mismo, los festivales son una de las principales maneras que tienen los grupos de ganarse la vida en España. Antaño, en los 80 y en los 90, los ayuntamientos contrataban a muchos grupos para tocar en las fiestas, pero a día de hoy los festivales en verano y las salas de conciertos en invierno son la forma de supervivencia de la música, al margen de Internet, que ahora se está abriendo paso como una nueva fuente de ingresos. Los festivales son un buen escaparate donde tocar delante de tu público y también delante de un montón de gente que no te conoce. Por otro lado, siempre es muy emocionante tocar delante de tanto público. Y por supuesto también son muy importantes las salas. Queremos reivindicar los bares y las salas de conciertos de menos aforo. Parece que ahora solo hay música en verano y es importante que mantengamos vivas las salas, que suelen tener mucha mejor acústica que los festivales y donde las bandas pueden ofrecer un repertorio mayor y mostrarse con más profundidad al público.

- ¿Dónde veremos a La M.O.D.A después del verano?

- Tenemos el fin de gira en Barcelona y Madrid, y en alguna que otra ciudad que aún no hemos anunciado. Luego, la idea es descansar, tomar aire y respirar un poco (risas). Empezaremos a componer un disco nuevo, que no sabemos lo que saldrá de ahí ni cuándo, pero la idea es esa: alejarnos del escenario durante un tiempo. En 2020 daremos tres o cuatro conciertos, no más.