JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 10/04/2019

El granadino JOSÉ LUIS PAREJA fue el eslabón perdido entre las generaciones del Manifiesto Canción del Sur y los cantautores de generaciones posteriores (seamos exactos, con Joaquín Fernández y Enrique Alirangues), si bien su carrera ha sido guadianesca con apenas rastro físico. Y menos cuando se volcó en su esforzado trabajo de atención a mayores. Sin embargo, Pareja tenía un disco a punto de caducar con una historia rocambolesca que este año se ha decidido a publicar. Lo estrena en Abril para Vivir hoy miércoles en compañía de Lucio Mantel.

- Vuelven 091 y también José Luis Pareja. ¿No se ha podido contener?

- Bueno... Más que volver creo que más bien se trata de volver a empezar. Ha sido demasiado tiempo y gran parte de la responsabilidad de ese reinicio la tiene Juan Trova. Reiniciar, coincidiendo con el regreso de los 091, es todo un honor.

- Porque su último disco fue de... ¡de cuando estaban bombardeando Kosovo!

- Así es... Aunque también es cierto que yo he sido más de directo que de meterme en un estudio a grabar, no me gusta nada. La Plataforma Granada por Kosovo fue la que me "obligó" a meterme en el estudio para grabar ese disco benéfico que incluía el tema oficial de la misma: 'Canción para después de una guerra'.

- Caray, pues la historia va también a la par: ¡Hace unos días condenaban a Radovan Karadži?!

- Yo espero que no pase lo mismo conmigo porque este disco sea una calamidad (risas)... En serio, ojalá nadie olvide que este sujeto por ejemplo estuvo detrás del genocidio de Srebrenica, donde murieron más de 8.000 personas, entre ellas muchísimos niños. Nuestros hijos, que ahora se dedican a otras cosas, no deberían desconocer estos hechos pasados y muchos presentes execrables.

- Sin prisa y con pausa pues...

- (Carcajada) Pues sí... Soy muy tranquilo y muy pausado. Soy muy crítico conmigo y he estado en una situación en la que he pensado que lo que yo podía decir otros podían hacerlo mejor, al margen de situaciones personales que no hacían posible cambiar de escenario, pero la ilusión por presentar este disco ha sido determinante.

- Curiosamente creo que el suyo es el disco más historiado que se haya facturado nunca en esta ciudad. Cuente, cuente...

- ¡Y tanto! Este disco se grabó en los estudios Abdala de La Habana, uno de los mejores del mundo. Fue posible gracias a la colaboración del Ayuntamiento, Diputación y la Universidad, también gracias a los propios estudios Abdala que quisieron que lo hiciera allí, y a Silvio Rodríguez. Se decidió grabarlo en formato analógico... y eso fue un gran problema. Cuando regresé a España me encontré con la situación de que "cambiar" el formato a digital era una misión difícil: Había muy pocos sitios en donde hacerlo y, además, el coste no podía asumirlo. Así hasta el pasado año, en el que tras intentarlo en uno de los mejores estudios del país me dicen que las cintas no son transferibles porque están muy desgastadas... y cuando ya daba el trabajo por perdido e irrecuperable -¡imagínate el trauma!- me habla Fernando Romero de un estudio medio escondido en un cortijo en la vega, de Carlos Díaz (Eskorzo), y que resulta que tiene una "máquina" de las que ya no hay... Y, ¡milagro!

- Si se descuida los discos son ya fósiles...

- Pues tienes razón; es increíble cómo ha cambiado todo esto. Casi habría que sacarlo en pendrive (risas). Esta época en la que no se tiene en cuenta la calidad musical y en donde muchas plataformas ofrecen cualquier música gratis y con tremenda facilidad para acceder a ella, hace que grabar y editar un disco sea una osadía.

- ¿Grabar con él y contar con Silvio Rodríguez en la producción es...?

- Pues hace unos años entiendo que tendría una repercusión mediática importante. Para mí, a nivel personal, trabajar con él supuso un regalo que en ningún momento pedí ni busqué, por eso lo abracé con más intensidad. La presencia de Silvio en la producción de este disco es un elemento más en este engranaje que hubiese sido imposible haberlo montado aquí. Sólo podía -y tenía- que ser en Cuba.

- Luego ya aquí ha seguido con Garcés, Eric Sánchez... Cubanos de tronío en el jazz.

- Tendría que citar también a una veintena de excepcionales músicos cubanos: Emilio Vega, Yamir Portuondo... cuatro arreglistas: Andrés Collazo, Emilio Ricart, Eric Sánchez y Rafael Garcés. Nunca dejaré de agradecer el trabajo llevado a cabo por todos.

- No es de extrañar que lo que suena es, como poco, exuberante...

- Pues efectivamente. El resultado es una amalgama de ritmos y concepciones musicales muy diferentes... y eso me gusta.

- ¿En Abril para Vivir comenzarán a sonar ya esta canciones?

- Sí, aunque lógicamente a voz y guitarra, nada que ver con lo que sonará en el disco... Aunque te adelanto que es muy probable que en lugar de ser un disco, sea un doble disco con los temas con toda la riqueza musical que te refiero y el otro con esos mismos temas a voz y guitarra tal y como los concebí y grabé en su momento... ¡ya veremos!