JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 19/12/2018

En estos tiempos de liviandad, sociedad de la diversión y dictadura tirana del "like", nombres como el de JUAN TROVA siguen fijos luciendo al fondo como una referencia en medio del océano donde la flota de inanes pescan nada con sus redes sociales. Juan Trova es un tipo de unas convicciones inamovibles, para quien ser "cantautor" es un honor, un compromiso con la historia que le precede, una responsabilidad para los consecuentes, y una forma de vida para siempre.

"Términos como sensibilidad (en ocasiones hipersensibilidad incluso), lirismo, cercanía, ternura, afecto, delicadeza... son valores añadidos a la voz neta y clarísima con que interpreta sus canciones", se ha escrito acertadamente de él, de sus relatos de pura banqueta, compuestos todos en su casa "donde veo cosas y luego las canto", como dijo, reduciendo aún más la aldea global hasta la mesa camilla de su salita de estar.

Trova, cada rato, desde el observatorio universal del sofá frente a su chimenea, arracima algunas de sus observaciones cantadas y saca un disco. Este año toca, y con canciones de 'Pensamiento, palabra, obra y omisión', ha vuelto a pecar.

Lo estrenaba este fin de semana en el Teatro Cajagranada, en un concierto que deja los "entre amigos" de Aute y demás emparejados como maniobras orquestales en la absoluta soledad: más de veinte acompañantes se personaron en el escenario para compartir concierto. Desde el Coro Adagio entero a bandas completas como Croché o la ChauchinaTown Dixieland aparecieron, en un concierto dirigido desde un lateral por los sabios dedos (en bajo y guitarra) de Nicolás Medina (¡que en su momento lo hiciera también en discos y conciertos de Carlos Cano!). Con todo (y todos), tuvo Trova también tiempo de quedarse solo un rato, sin banqueta incluso, para cantar 'Por si vuelo', pero fue tan solo un rato breve ya que el trasiego de acompañantes no paró, modificando la sensación de cada pieza, así 'Letanía' adquirió una profundidad de campo muy "Aguaviva" cuando entró el coro, y las piezas 'GSG' y la homónima del disco, no se sabe si por la tesitura grupal o por el punto de sarcasmo de la narración, recuerda la mordacidad irreverentemente pop de Moncho Alpuente. Muy bonito fue el fragmento aguitarrado a cuatro manos entre Medina y Juan para 'Recetario', como los matices aportados por la flauta andina de Joaquín Medina y el tenor de Anselmo Vaquero en otros puntos de la velada.

Una noche larga, cargada de sentimiento, que alienta perfectamente Trova desde el escenario: "Ya se sabe que los cantautores sobre todo hablamos, a veces cantamos algo", dijo divertido, consciente de sus habilidades verbales. Pero si hubo muchos amigos bajo los focos, más los había llenado el teatro hasta arriba, así que daba igual lo que hiciera, hablar, cantar o enmudecer por la emoción en un momento dado, todo fue aplaudido. Que para eso están los amigos.