VALLE  |  Madrid, 06/04/2019

En mi opinión, ha llegado el tiempo de una regeneración. Quizás sería más chulo literariamente si hablara de revolución, pero no. No podemos permitirnos el lujo de romper nada de lo que ya tenemos ni de prescindir de nadie solo porque piense diferente usando fórmulas del pasado que ya fracasaron como las que parecen propugnar los nuevos partidos extremos tanto de un lado como del otro. Pienso que la clave es la regeneración desde el amor. Que surja un nuevo romanticismo inclusivo que regenere poniendo en buen estado lo que parece gastado.

Para esta regeneración necesitaremos una buena banda sonora que nos anime e ilusione. Ésta, sin duda, podría ser el nuevo y quinto disco del genial dúo STEREOSKOP. 'Time means nothing' es un trabajo con once grandes temas más una versión remezclada de uno de ellos que recoge las influencias electrónicas de finales de los setenta y principios de los ochenta y, ahora, no solo las actualiza, las regenera. Así, desde el new wave, Alex Brujas y Susana Egea crean, a través de sensacionales arreglos, un álbum repleto de buenas melodías y pegadizos estribillos que, además, cuenta con la colaboración de un rey Midas de la música desde hace cuatro décadas como Manuel Aranzana (Preceptos Devotos y Automatics, entre otros).

Escuchando 'Time means nothing' he vuelto a creer en esa utópica regeneración porque este álbum provoca las sensaciones que, tal vez, sean los ingredientes que necesitaríamos para ella: La profundidad de la envolvente canción homónima al disco, la libertad de mi favorita 'Power', el aire reivindicativo de 'Another life', la acción de 'Kiss me', la contundencia de 'Rain', la astucia de 'Get a six', la generosidad en 'My hair on your shoulders', la constancia y la progresión de 'Glaz', la convicción de 'Always', la rebeldía en 'Lay Down' y la comprensión integradora de 'Again'.

Un trabajo que no podéis dejar escapar porque disfrutaréis de la muy atractiva voz de Susana Egea y de las genialidades de Alex Brujas, porque os invitará a bailar, a sentir, a fluir, y porque, en mi opinión, ha llegado el tiempo de una regeneración.