ARTISTAS, GRUPOS...:
Luz Casal | Tino di Geraldo | Borja Montenegro | Jorge F. Ojea | Peter Oteo | José María Baldo
GÉNEROS, ESTILOS...:
SALAS, FESTIVALES...:
Palacio de Congresos de Granada
SELLOS, DISTRIBUIDORAS, EDITORAS, PROMOTORAS...:
Luz Casal se llevó de Granada una ovación de más de cinco minutos por el público que llenó el Palacio de Congresos. La cantante gallega está presentando en directo los temas que componen su nuevo álbum, 'Que corra el aire' (Warner Music Spain, 2018).
LUZ CASAL pasó por Granada el viernes en una gran gira mundial con muchas fechas tan llenas como aquí, donde ostenta el récord de entradas del Palacio de Deportes con 11.000 espectadores a presión. Enorme en el escenario, la coruñesa pasó por el de Congresos como un huracán ventilándolo todo, que de eso se trataba, de que corriera el aire.
Luz es la gran "Dama" de la canción de este país, por derecho, y por el revés también. Y en su actuación lo ratificó con un concierto deslumbrante, cegador, y más conociendo su complicado pasado reciente. Dos horas estuvo, crecida, enorme, demostrando una magnifica forma física, una elasticidad casi de atleta y la sublime capacidad de emocionar que siempre la ha caracterizado.
Hubo muchas ganas de Luz. Y, cuando hay ganas, la mitad de la faena está ya resuelta con solo manejar esa buena energía de ida y vuelta. Vino amparada por una perfecta dotación técnica, de las que saben vestir cada relato y reforzar su intencionalidad con el ropaje de color y temperatura adecuada, y un jefe de audio que probablemente sea el que mejor ha hecho sonar un auditorio casi imposible de domar acústicamente. Con semejantes custodios profesionales salió la cantante pisando fuerte dispuesta a hacer correr el aire, literalmente, que ese fue su primer mensaje, transmitiendo desde ya una enorme fuerza vital y un dominio de la situación absoluto. No le gusta a ella que en sus críticas se hable más de su ropa que de sus interpretaciones, aunque cuida su guardarropía y realiza varios cambios por sesión. Punto final con el tema.
En el primer paquete llegaron algunas de sus nuevas opciones de futuro: 'Miénteme al oído' que permanecerá mucho tiempo en su repertorio, seguro, 'Días prestados' o la conmovedora historia de Lucas y Macarena; epilogadas por 'Volver a comenzar', 'Tanto ruido' (de verdad, ¡y tanto!) y 'La única verdad'.
No es el público de Luz muy efusivo, con target de candidatos a Meetic, aunque hubo todo tipo de piropos y declaraciones y sobre todo afecto. Son muchos años y muchas las canciones de esta mujer las que se nos han ido enredando en la vida, algunas en momentos de extrema sensibilidad o vulnerabilidad cuando el pecho está encogido por el desasosiego, y ella ha sabido poner en palabras esas sensaciones tan difíciles de explicar. De esas cantó bastantes: 'Piensa en mí', 'Besaré el suelo', o las potentísimas e inagotables 'Te deje marchar' y 'Entre mis recuerdos'; material incandescente que quema en las manos, hace bombear el corazón, y que abrasa sus cuerdas vocales al sacárselas de dentro; lista ampliable con 'Amores' de Mari Trini, vigente casi cincuenta años después, toda una vida, o la estremecedora 'Lucas', tan emotiva como la hermosísima historia real que la inspiró.
Suele acompañarse de una banda de supertallas como Tino di Geraldo, Borja Montenegro, Jorge F. Ojea, Peter Oteo y José María Baldo, la mayoría con años a su lado y con doble guitarra en proa para matizar más en rock el repertorio, que se ha defendido promocionalmente como su vuelta a la electricidad. Y caña hubo, pero sobre todo intensidad emotiva, que no hay nadie en los escenarios españoles con semejante capacidad de estremecer, de ahí que un buen titular sería: "La señora Emoción".
El concierto está dividido en varias partes, correspondiendo con sus cambios de personalidad, y libreto: por un lado la apasionada baladista, luego la ágil y venturosa roquera, fresca, elástica y descarada, para terminar de rojo sangre ya dispuesta a abrirse en canal en vivo y en directo. Y ella se deja llevar, gesticula, se tambalea, brinca, se contorsiona, se inclina hasta negar la ley de la gravedad... Es así, vive lo que canta, mastica las palabras para sacarle el sabor, las recita, las sufre, se duele, o se alegra con lo que cuenta, con un verismo que hace que el término "intérprete" se quede muy estrecho.
El repertorio de esta cantante es largo en el tiempo y con piezas que pertenecen ya a la memoria sentimental de este país, citemos la autosuficiente y empoderada 'No me importa nada', "dedicada a las mujeres", dijo, coreada y palmeada con miradas de picardía y reflejos violetas; un himno casi apoyado por contraste en 'Sentir', y el blues fronterizo 'Dame un beso'.
Sitio hubo también para las animosas canciones de la Luz más pretérita y ligera, como 'A cada paso que doy' o la historia del 'Rufino' el de los langostinos. Y ya en los tramos de regalo apareció la enorme 'Lo eres todo', a piano y voz y con agradecimientos a la Vainicas por regalarle una canción que "concentra todo lo que es el amor", comentó. Tras una ovación de más de cinco minutos siguió con la morna que tanto nos recuerda a Carlos Cano y un final muy apropiadamente encomendado a 'Te dejé marchar', "de una ciudad que quiero porque tengo familia y amigos y porque me gusta mucho ", aseguró. Y todos, propios y extraños, cegados por Luz.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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