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Antonio Hernando | Manu Clavijo | Arturo Pueyo | Aitor Flamingos
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Rock CD Records | Entre Aullidos Producciones | La Bizarrería
Antonio Hernando presentaba oficialmente su segundo disco, el recientemente publicado y recomendable 'El viaje infinito', el pasado jueves en La Fídula. Contó para ello con las colaboraciones de Aitor Flamingos, Manu Clavijo y Arturo Pueyo en un gran concierto que nos detalla Valle con foto de Juanma Cantos.
"Cuéntame, Musa, la historia del hombre de muchos senderos que anduvo errante". Con estas palabras comienza 'La Odisea' de Homero y, curiosamente, es la misma frase que una y otra vez me repito para poder escribir esta crónica. Al igual que Homero, no puedo hacer nada más que invocar a la Musa para que me ayude a traducir lo vivido y lo sentido durante la presentación en Madrid de un álbum que, como una Odisea, nos narra y se llama 'El viaje infinito'. Sí, ahora, emulando a Homero, solo puedo pedir a la Musa que me cuente la historia del hombre de muchos senderos que anduvo errante: ANTONIO HERNANDO.
Precisamente, 'Errante' fue una de las canciones que más conmocionaron la noche del 7 de marzo en la sala La Fídula. En ella, Antonio Hernando se dejaba acompañar por la preciosa Gretsch del distinguido cantante y guitarrista Aitor Flamingos y nos arrebataba el alma con una desgarradora letra incrustada en una especie de bolero de los años cuarenta. Sin embargo, la conmoción no fue el único sentimiento que Hernando nos extrajo. Él se subió a las tablas portando solamente un bastón de peregrino que golpeaba contra el suelo a modo de percusión para empezar el viaje aullando y recitando la 'Lobotomía' de su primer disco 'Los 30 aullidos' en la que se fotografía fielmente a una sociedad desenfocada. No tardó en coger su vieja guitarra y recordarnos que el destino de este viaje es el mismo que el de Ulises interpretando la inquietante 'Volviendo a casa'. Después, Antonio comprobó que habíamos venido todos porque pasó lista con mucho swing y con un rocanrolero y muy bailable 'Mighty beat' donde se enumeran ingeniosamente los diferentes y controvertidos roles con los que sobrevivimos. Por fin, nos introdujo en el polvo del camino de esta particular Odisea con la extraordinaria 'Ultreia' y, en esos momentos, dejé de tomar notas. Es imposible tratar de clasificar a un artista cuya poesía te embarga y te desmorona en un segundo, cuya voz se aterciopela y se rompe en la misma estrofa y que, haciendo lo mismo que hace a veces con la guitarra, si ésta fuera una eléctrica Shecter Hellraiser con un pedal de distorsión Boss HM2 en vez de una clásica, estallaría un enfurecido Thrash Metal en lugar de sus magnéticos y personales sonidos de folk mediterráneo. Así que, igual que no se puede evitar que el agua moje o que el sol caliente, es tontería poner resistencia a que Antonio Hernando te sorprenda una y otra vez. Después, lo hizo sentándose al piano. El trovador se convirtió en crooner y, entre acertados chascarrillos, nos interpretó la divertida 'Tinder'.
Ya con el público entregado y para acompañar a Hernando, subió a las tablas el notable violinista argentino Manu Clavijo que interpretó el "fiddle" en la pícara 'Rebético mangas'. Juntos, repartieron magia y poder en una de mis preferidas, la siniestra 'El curandero', nos enternecieron con la nostálgica 'Pasaportes y dialectos' para, finalmente, animarnos a cantar todos 'La Tarántula'. Antonio Hernando volvió a quedarse solo en el escenario para llenarlo con la cadencia de la caótica 'El agujero' justo antes de subir el insigne clarinete de Arturo Pueyo para mecernos con su arte en la parte más melódica del recital con las sátiras 'Luciérnagas', 'Tuareg' y 'Los mayores perdedores del mundo'. El gran cantautor intentó despedirse con, en mi opinión, el mejor tema del disco: la canción pirata 'Llamadme Ismael'. Sin embargo, el público, tatareando su música, no dejó que se marchase y volvió. Tocó con maestría el baglama griego para interpretarnos la romántica 'Kapsoura', nos recordó la inolvidable 'Memoria de elefante' para, luego, abandonarnos con la siempre emotiva 'El camino'.
Bajó del escenario con su guitarra cantando y recitando los últimos compases de la canción. Mientras se alejaba, su voz se iba apagando y, cuando ya casi no le escuchábamos, Juanma Cantos, director de esta revista, y un servidor, establecimos un pacto para el futuro. Así, igual que Atenea siguió y protegió a Ulises porque era su mortal preferido, BuscaMusica.es seguirá y protegerá a Antonio Hernando en su viaje infinito y en sus próximas aventuras porque nos encantan sus discos y sus conciertos, porque tiene un talento descomunal, porque nos gusta que salga en nuestras publicaciones y porque, además, con estas palabras termina 'La Odisea' de Homero: "Y Atenea, la hija de Zeus, portador de égida, estableció entre ellos un pacto para el futuro".
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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