JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 03/03/2019

Ni siquiera con la A-4 o Internet es fácil a los grupos de la provincia lejana tener presencia en la "ciudad el rock", lo comentaba el cantante de ECCE HOMO momentos antes comenzar a cantar en el Boogaclub, su primera actuación en Granada en mucho tiempo, en años. Al hilo de haber sacado un nuevo disco, 'Un País', además con uno de los mejores sonidos grabado en bits de este año.

El cuarteto/quinteto/sexteto bastetano se acercó este fin de semana aunque en versión comprimida: Lobo, Robin y Piliki con Manuel Puertas en la batería; sin teclados y coros, dos elementos que en disco marcan el carácter actual de la banda. En trío instrumental, como siempre fueron, Ecce Homo son matones y está completamente "emblusecidos", practicantes (es lo suyo por edad) de un sonido que ya no se hace, y menos desde que Rosendo ha colgado las púas, pues precisamente siempre fueron mitad por mitad Leño y La Polla Records (que ahora regresan y no harían mala pareja). Del primero tienen la contundencia elemental de un trío básico y las enormes evoluciones de Antonio Hernández "Robin" por el mástil, que es un estupendo guitarrista de pura crianza bluesrock (de los que usan diez dedos y un pedal, en contraposición a sus homólogos pop, que usan un dedo y diez pedales); de otro lado un cantante, Manuel Puerta "Piliki", que es toda espontaneidad sin filtros, escupiendo fumigantes letras reivindicativas y peleonas. Si bien no todas son como 'Vendedores de ideología' o 'Jornaleros' dedicada a "los que se fueron, que antes emigraban nuestros padres y ahora lo hacen nuestros hijos" dijo, que también tienen material de tiempos medios y lentos, donde el guitarrista se explaya y que cuando trabaja el Hammond y la segunda voz (¡tan P.P. Arnold!) resultan piezas sublimes, es el caso de la que titula el disco o 'California', firmada por el que fuera guitarrista del primer Ramoncín punk, Carlos Michelini.

En reducción la banda aprieta y aprieta una barbaridad, yendo de duros a muy duros, con ese impulso visceral que se ha perdido bajo los focos desde que el pop de buena familia y clase media domina la escena. Pero alguien tenía que venir a dar un golpe en el tablero y hacer saltar la banca indie, y vuelven a ser los del norte.