RICARDO RUIZ VARO  |  Granada, 08/10/2018

Ya es tradición. La ruta festivalera de todo fan de la música independiente de nuestro país acaba todos los veranos en la ciudad de la Alhambra. Este año, con un cartel criticadísimo por muchos de los asistentes y pseudoexpertos del indie, el festival granadino volvió a triunfar y ya se ha ganado el reconocimiento como una de las grandes citas del verano.

El cartel podría gustar más o gustar menos, pero la nómina de artistazos que se subieron a los escenarios del Paseo del Cortijo del Conde es incontestable. No hubo ni izales, ni vetustas, ni sidonís, ni loris, ni lesbianos... pero es que aún hay gente que no entiende que hay vida más allá del mainstream (sin desmerecerlo, por supuesto).

Empezando por los gigantescos Rufus T. Firefly. Y digo gigantescos porque, aparte de ser, hoy por hoy, un referente de la escena independiente de nuestro país, los escenarios secundarios ya se le van quedando pequeños... o no, porque el sobrecogimiento de los escenarios pequeños les viene como anillo al dedo para hacer aún más íntimos sus conciertos. Es complicado encontrar un directo mejor al de los de Aranjuez en España. Una auténtica dosis de psicodelia y abstraccionismo musical que va más allá de los cinco sentidos. 'Tsukamori', 'Nebulosa Jade', 'Magnolia', 'Pulp Fiction'... es complicado quedarse con algún momento del concierto. Ahora toca disfrutarlos en las salas... yo no me los perdería (ni lo voy a hacer).

Otro de los grandes momentos del festival vino dado por uno de los grandes grupos que Granada ha dado a nuestra música: Niños Mutantes. Con casi 25 años de trayectoria a sus espaldas, los mutantes son un clásico de la música indie española. Fue su segundo Granada Sound y maravillaron a propios y extraños presentando su último trabajo, el EP 'Diez y medio', además de los grandes temas de su trayectoria.

No podemos pasar por alto el fiestón que montaron los chicos de La Casa Azul. Encabezados por el gran Guille Milkyway, nos reventaron los tímpanos al ritmo de su electropop más bailable: 'El Momento', 'Los chicos hoy saltarán a la pista', '¿Qué se siente al ser tan joven?'... y una gran traca final con 'La Revolución Sexual' y 'Podría ser peor'. Todo un chute de energía para la recta final del festival, que estuvo protagonizada por los enormes Crystal Fighters y su divertidísimo show orquestero cargado de temas tan míticos como 'Love is all I got', 'At Home', o 'Plage'. No pararon de hacer bailar al público granadino, al igual que hizo Carlos Sadness horas antes. El exrapero ama Granada y así lo expresó en varias ocasiones durante su concierto, un espectáculo que nos transportó directamente a Hawaii, gracias a los ritmos caribeños de 'Miss Honolulu' o 'Amor Papaya'. Tampoco faltaron algunos temas del nuevo disco como 'Te quiero un poco', 'Longitud de onda' o 'Hale Boop'.

El Kanka tampoco dejó indiferente. Y Granada tampoco le dejó indiferente a él. Todo un triunfo el del malagueño. No paró de repetir lo agradecido que estaba de ver el recinto del Paseo del Cortijo del Conde a rebosar para disfrutar de su concierto. Fue un espectáculo sencillo, como es él, cargado de buen rollo y canciones muy cantables. De un estilo parecido fueron los bolos de Juanito Makandé y Rayden. Buen rollo, flamenquito, el uno; hiphop, el otro y calidad. Quizá una de las mayores críticas del cartel fue que, en un festival tan "indie pop" como es el Granada Sound, el estilo de Juanito Makandé, Rayden o El Kanka no casaba demasiado, pero no seré yo quien critique la gran variedad musical del rico repertorio independiente que tenemos en nuestro país. Así que bienvenidos sean la rumba, el flamenco y el hiphop.

Ni que decir tiene que Dorian estuvo a la altura, pero es que eso ya no es noticia. Dorian siempre cumple. Con su estilo tan particular, el grupo catalán hizo cantar a los miles de almas que disfrutaban de su show, con canciones del nuevo disco, 'Justicia Universal', y otras de su ya dilatada trayectoria como 'El temblor', 'A cualquier otra parte', 'La tormenta de arena', terminando con 'Los amigos que perdí'.

Fue, en resumen, otra grandísima edición del festival que cierra definitivamente el verano. Buen ambiente, buena organización y una amplísima oferta musical (se nos hice imposible ver más conciertos) que sale también del recinto, inundando los bares de Granada gracias a la ruta Granada Ciudad del Rock.

El Granada Sound no para de crecer y en 2019 promete ser aún más especial. Por cierto, las entradas están a la venta desde esta misma mañana a precio especial, así que ¡fuera excusas!, nos vemos en el Granada Sound 2019.