KINA JARAÍCES  |  Madrid, 12/07/2018

Duele ver tanta realidad. Tanta verdad de la que, al menos durante los 60 minutos que dura la obra, no puedes escapar. 'EN EL FONDO', dirigida por Pilar Ruiz, no es ninguna metáfora, es un grito de denuncia contra la explotación sexual, la trata de mujeres y la violencia de género. Es una historia sin final feliz.

Dos personajes en escena son suficientes para entender cómo funciona el oscuro mundo de las redes prostibularias: Flora, interpretada por la también dramaturga Pilar Ruiz, y Pedro, a quien da vida un soberbio Fabricio Mercado, son la víctima y el proxeneta de una trama perfectamente engranada que juega con las complejidades psicológicas de una mujer privada de toda libertad y secuestrada a los 3 años de vida, y de un verdugo rebosante de contradicciones que tampoco puede escapar del sistema corrupto en el que ha nacido.

Estamos ante una obra de denuncia social que cuenta con un trabajo actoral empapado de compromiso en el que destaca especialmente la actuación de Mercado, tan perfecta que hasta cuesta llamarla así. Fabricio, más que interpretar da vida a este sórdido personaje pasando en décimas de segundo y con una naturalidad asombrosa de la violencia al dolor, a la desesperación, al sexo, a la ternura, al odio, al silencio, al miedo, al amor.

A través de un texto que sobrecoge y que sugiere pero que ni cae en tópicos ni se recrea en la humillación, vamos perfilando no solo la personalidad y la turbulenta relación de los dos protagonistas sino también la de todos los personajes ausentes que participan en el sustento de este mísero entorno.

'En el fondo' es una historia tan sólida que no permite que actúe el olvido. Y es que el arte, a veces y afortunadamente, también duele.