VALLE  |  Madrid, 28/06/2018

Se le veía pasear mustio y melancólico por las estrechas calles de Valldemossa aquel frío invierno y no era de extrañar. Frédéric Chopin tuvo tres amores. El primero, platónico, nunca prosperó. El segundo se frustró porque la familia de ella, al ver al músico tan enfermizo, se negó en rotundo. Y el tercero, el que más duró, nunca fue correspondido... Una extraña unión la de Chopin con George Sand (pseudónimo masculino que usaba para poder escribir la escritora francesa Aurore Dupin) porque, cuando se conocieron, el músico polaco comentó a sus amigos que parecía un hombre al mismo tiempo que ella, entre risas, susurraba a sus amigas que él era como una niña. Sin embargo, esa unión, sin género y sin sexo, llegó a ser muy fuerte y, tanto Chopin como Sand, escribieron sus mejores obras estando juntos. Tan así es que, a pesar de que nunca tuvieron hijos, el genial pianista, a la vera de la escritora, compuso una de las nanas más preciosas de la historia: su 'Berceuse'.

Unión, además de muy fuerte también valiente, la que nos demostró LABS TRAPP en su concierto el pasado día 15 de junio en la madrileña sala Maravillas Espectaclub. Una banda mixta, compuesta por dos mujeres y dos hombres, en la que ningún género predomina sobre otro y, tal vez, como Chopin y Sand, ahí es donde encuentran esa solidez en su estilo y esa fuerza en directo. Una unión tan compacta que les permite tener la osadía de empezar un concierto de rock con una melódica nana (lo nunca visto), recogida en su último trabajo 'Héroes (Nadir)' y con la que nadie se durmió. El efecto fue, más bien, el contrario: consiguieron despertar una curiosa expectación que nos avisaba de que algo importante íbamos a ver y a escuchar esa noche porque, tras la nana que despierta, la espectacular, potente y avezada Leire Colomo, en la batería, ordenó sin esperar un segundo y con los habituales cuatro golpes entre sus baquetas que empezara el show.

Labs Trapp, canción a canción, nos cautivó con melodías "davidbowieanas", brutales cambios de ritmo y un mundo de sensaciones en cada tema. Aunque con claras influencias en grupos como Foo Fighters o Biffy Clyro y algún toque nirvanero, nos mostraron un estilo genuino que siempre explota en potentes y pegadizos estribillos. Una especie de "metal pop" que enamoró a un público que llenó la sala demostrando ser muy inteligente para hacerlo con un España-Portugal del mundial en la caja tonta.

Labs Trapp es una banda guitarrera con extraordinarios arreglos de Gonza Arellano secundado perfectamente, en ese aspecto, por Javi Arroyo que, en la voz, nos sorprendía con una gran amplitud vocal y mucha personalidad. Una banda cuyas pautas las marca una enérgica e innovadora base rítmica formada por mi admirada, la mencionada Leire, y una elegantísima con el bajo y sublime en los coros Carla Silván.

En el repertorio que nos brindaron pudimos disfrutar de dos singulares versiones, el 'Blow your mind' de Dua Lipa y un festejado y alocado 'Should I stay or should I go' de The Clash. Además, recordaron dos temas de su primer disco 'Deola' que los congregados no dudaron en cantar: 'Grita' y, por exigencias de ese inteligente público que reclamó más, 'Final perfecto' con el que, lógicamente, terminó el concierto. Todas las demás canciones pertenecían a sus dos últimos trabajos que, entre sí, dan forma a una historia de amor real con trabajadas y románticas letras. El penúltimo se apellida "Zénit" y el último, como ya habéis adivinado, "Nadir". Con los dos se culmina un fantástico proyecto llamado 'Héroes'. Pero se trata de unos héroes tan auténticos como especiales. Unos héroes bien definidos en su canción homónima al proyecto donde hablan de que "somos hijos de los héroes que dieron todo por perdido" y, probablemente, pasean mustios y melancólicos por estrechas calles.