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Santa Catalina | Sergio Rodríguez
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Reconocido en la escena granadina por haber tocado en bandas como Papilemon o Checopolaco, Sergio Rodríguez lanza, con su nuevo proyecto personal, Santa Catalina, el álbum 'Gea', haciéndose cargo de todos los instrumentos en un trabajo influenciado por Biffy Clyro. Es entrevistado por Juan Jesús García.
Sergio Rodríguez es una auténtico hombre orquesta, lo toca todo. Y lo ha tocado en marcas como Undone, Wooden Cross, Papilemon o Checopolaco. Granadino de Íllora, ejerce de profesor de secundaria en Cádiz, pero sigue apegado a la música local. Así, aprovechando el tiempo "libre" que nos ha permitido el confinamiento, ha empaquetado un disco, 'Gea', haciéndose cargo de todos los instrumentos que se escuchan. Esta vez bajo un nombre colectivo: SANTA CATALINA.
- En el interín entre Wooden Cross y Santa Catalina aparecen Undone y Checopolaco. ¿Qué tal con Julián Méndez?
- En todo ese tiempo también aprendí a tocar la batería y acabé formando una banda con la que sigo en activo, Undone. En la formación original coincidí con Tony Slowfinger, bajista de Checopolaco, que me presentó a Julián justo cuando iban a presentar 'Los misiles', estaban buscando bajista y me animé enseguida. La experiencia fue corta pero intensa... a Julián lo seguía viendo en algún concierto, cuando había.
- Pasan los años pero mantiene perfecta esa voz ratonera, nasal y juvenil...
- (Carcajada) Efectivamente, eso me dicen siempre mis compañeros de banda. Suele ser la excusa perfecta para que me coloquen doblando voces por encima. Ahora me va a costar encontrar corista... parece que el tiempo me ha respetado bastante en ese sentido.
- Y la misma urgencia por comunicar, ¡hasta saturar la línea de voz si llega el caso!...
- Es algo que tenía pendiente desde que grabé por última vez voces principales. Quería exprimirme al máximo y emular a tipos como Dave Grohl o Frank Carter, salvando las distancias. Hay canciones que sin gritarlas quedan desnudas, veremos a ver cómo las ejecuto en los directos... (risas).
- Generalmente va con en manómetro de presión al máximo... Esa intensidad cruzada entre melodía, impulsividad y distorsión tiene un punto muy punk, muy hardcore...
- He intentado hacer un disco muy variado, con todos los estilos que suelo escuchar, pero cuando dejo el pop de lado suelo pasar directamente a pisar el Metal Zone, nunca defrauda. Ese sonido lo he mamado desde pequeño con los primeros de Smashing Pumpkins, pero hay una banda escocesa relativamente actual que es la culpable del sonido general del disco, Biffy Clyro.
- Y un algo de grandilocuencia que... ¿Ha escuchado mucho a Muse y los Lagartija en el pub familiar?
- No sabes lo que me alegra que se relacionen esas dos bandas al escuchar el disco. Justamente es lo que pretendía. En Granada, el principal representante del rock para mí ha sido Lagartija Nick, fiel desde el inicio a su sonido. Mi padre ha pinchado sus vinilos en el Sefri desde que tengo memoria. Tengo la portada del 'Inercia' grabada en la mente. Tuve la suerte de compartir cartel con ellos en el Zaidín Rock, en el 2001. Por aquel entonces estaba David Fernández a la batería y me dejó atónito: tenía 14 años y nunca había visto nada igual en un escenario tan grande, ¡Y cantando en castellano! También acudí unos años más tarde a ver a mi banda favorita en el Palacio de Deportes: Matt Bellamy en Granada... aún conservo el recorte del periódico del día siguiente...
- ¿Lo de hacérselo todo solo ha sido por la pandemia, por falta de presupuesto o por el gusto de jugar?
- Por el gusto de jugar, totalmente. La pandemia me ha dado el tiempo necesario. Son muchas horas encerrado en el Home Studio, que no sé si, en otras circunstancias, hubiese tenido. Por otra parte, este proyecto ha tenido mi mente ocupada en tiempos de tanta incertidumbre, pero estoy seguro de que, de no haberlo grabado, la música me hubiese acompañado igualmente.
- Aunque no del todo: las letras son de su hermana Isabel...
- Es insuperable, no puedo obviar que tengo a una gran letrista en casa (para mí la mejor). Sería un sacrilegio no pedirle que hiciese los textos. Alguna vez he intentado escribir, pero definitivamente no es lo mío...
- Hay momentos en que me recuerdan la poética "mitológica" de Lapido...
- Para ambos era muy importante poder dignificar, como ha hecho siempre "el maestro", las canciones en castellano. Mi hermana, como toda mi familia, es fan de "los Cero", además de una fantástica docente de Lengua y Literatura y periodista, por lo que la mezcla podía intuirse: mover a la reflexión por la emoción.
- Trabajar textos ya hechos, ¿es más o menos complicado que escribirlas uno a medida?
- Es la primera vez que he trabajado así y me ha parecido la mejor forma y, sorprendentemente, la más fácil. Con las bandas hemos probado de todo, aunque lo habitual en un local es empezar con motivos o líneas instrumentales. No sé si en esta ocasión ha sido cuestión de inspiración o no, pero cada vez estoy más convencido de que es el método más natural, al fin y al cabo las canciones cuentan historias.
- 'Panteón' hace un guiño a los caídos del rock...
- También al pub familiar... Mi padre es un acérrimo consumidor de rock y creo que el homenaje partió de esa idea, aunque habría que preguntarle a la autora... pero sí, hay referencias a Morrison o Bowie, pero también hay algún guiño a Roger Waters o "Los Rolling", grupo de cabecera de Sergio padre.
- Esconder el nombre propio en una denominación grupal, ¿es por timidez, o tiene banda hecha y lista para cuando nos abran la puerta?
- Ya hay un muy conocido jugador de baloncesto con mi nombre y apellido e iba a ser difícil indexar el proyecto en redes... (risas). Además, desde el principio pensé en Santa Catalina como banda y ya tengo a bajista y batería alistados. Esperamos poder presentar pronto en la capital... Un "Planta" no estaría mal cuando vuelva la música en directo.
- Lo de la "santa" es por alguna razón especial...
- El nombre es un homenaje a la calle de Íllora donde vivieron mis abuelos cuando se establecieron allí a mediados del siglo pasado. Mi abuelo, arriero, venía desde Frigiliana vendiendo miel con sus mulas y al final tanto viaje no le compensaba. Eligió un pueblo bonito.
- Me imagino que de directo... todavía nada de nada.
- Exacto, pero en cuanto lo permitan las medidas vamos a trabajar en el ensayo igualmente, que luego no nos pille desprevenidos la vuelta al ruedo.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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