KINA JARAÍCES  |  Madrid, 27/06/2018

No he salido del teatro y ya la echo de menos. La culpa la tiene esa preciosa presencia escénica que siempre le acompaña, como una sombra. Y por si fuera poco Ángela Palacios nos deja claro que sabe hacer de todo y todo lo hace bien. La actriz dirige, escribe e interpreta 'MIRTA EN ESPERA', un monólogo en el que canta, baila, toca la guitarra y se desdobla en varios personajes con una naturalidad y versatilidad que demuestran su gran capacidad interpretativa.

Con un texto cercano y divertido la obra se nos presenta como una comedia que parodia el clásico papel de todas las mujeres que aún no han sacado la goma para borrar todos aquellos cuentos de hadas con los que crecimos.

Un banco, un vestido de princesa amarillo, una guitarra y un altavoz son suficientes para mostrarnos la vida de Mirta, una tierna actriz principiante que espera en la calle a un representante con el que se ha citado. Pero nuestra protagonista tiene una tendencia natural a confundir los momentos de su vida y su espera profesional será también la del amor, entendido bajo la figura de un príncipe que la rescate, y la del éxito, enfocado a la obtención de premios.

Mención aparte merece el preciso juego de luces, diseñado por Ana Ugarte, y las divertidas y archiconocidas canciones de la banda sonora que ponen la guinda a esta sátira que nos habla de un mundo artístico que, algunas veces, prefiere las alfombras rojas y las portadas de revistas a lo que de verdad importa: el arte.

Estos 85 minutos con Mirta son la historia de una espera compartida, de un reflejo de bancos imaginarios en los que todos nos hemos sentado a esperar un momento perfecto. Pero va y resulta que la vida no es como nos la hemos imaginado. Es aún más entretenida. Es como es.