JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 28/04/2018

Una vez que se escucha por primera vez la voz de MARIA ARNAL, ya no se olvida. La desnudez pura de sus interpretaciones, junto con el apoyo sonoro contemporáneo de su guitarrista MARCEL BAGÉS, ha producido el milagro de que con unas pocas canciones todo el mundo hable de ellos desde la rendición más absoluta.

Su primer single 'Verbena' fue elegido sencillo del año por ¡Rockdelux! y mejor obra artística para Time Out. Y con toda seguridad 'Tú qué vienes a rondarme', representando a su primer largo '45 cerebros y 1 corazón' sigue la misma senda: Premio "Álbum del año", "Mejor Artista Emergente", "Canción del Año" y Premio al "Mejor Álbum de Pop" en los pasados Premios MIN.

- ¿Se esperaban la enorme recepción que han tenido siendo un trabajo tan minimalista?

- Qué va, ha sido una sorpresa y estamos muy contentos y agradecidos. Le dedicamos toda nuestra vida a este proyecto pero eso no es ninguna garantía, y más gracias al boca a boca y siendo un equipo tan pequeño.

- Y, sobre todo, desde un punto de vista, llamémosle indie...

- Todo está muy mezclado ya y poca gente escucha una sola música. Si acaso son los "outsiders", que están fuera de las multinacionales los que nos han "descubierto", pero nuestra propuesta bebe de mucha fuentes.

- Y tanto, hay aires de jota, de romance, de música sefardí...

- Sí, sí. Nosotros comenzamos a partir de trabajos de campo, de archivos y fonotecas digitalizadas y nuestra relación con la tradición está muy presente, pero desde un lugar de intervención, no museístico.

- Desde un concepto no sé si renovador o alternativo, como el de Mercedes Peón con las pandereteiras o la Brigada Bravo Díaz con los rollos de cera de la guerra mundial...

- Claro, todos los que trabajamos con música de tradición oral compartimos esa pasión y amor. El concepto nuestro es usar canciones de autoría colectiva, de la que formamos también parte.

- La música popular siempre habla del amor, trabajo, de la muerte, ¿son los temas eternos antes y ahora?

- Sí (risas) ¡La muerte no pasa de moda! (risas), ni el trabajo, ni el enamoramiento.

- Excepto los cantos de quintas ahora que no hay mili, o de trilla, que se hace con tractor...

- Habría que hacer los cantos de algo relacionado con Internet, ¡las coplas de Facebook! (risas)

- Su punto de partida es la investigación. Leí que escuchaban a Alan Lomax, que pasó por aquí por Granada con sus magnetofones. ¿Han oído sus grabaciones sacromontinas?

- Sí, yo me formé muchísimo con estas grabaciones y a partir de su archivo conecté con estas músicas. Mi conocimiento hasta entonces era muy pequeñito y ahí tenía al alcance de mi mano la conexión con la tradición oral de los años cincuenta... Mi bisabuela era de Baza y tengo mucha familia andaluza en mi árbol genealógico y fue así como me puse a escuchar las músicas de los pueblos de donde provenía mi familia.

- Hay muchas películas sobre el tema, pero desde la canción apenas Peter Seeger, Rozalén y ustedes han reparado en la postguerra y su emocionalidad.

- Queríamos hablar sobre qué corazones y cerebros se ha construido nuestra socialdemocracia. Nosotros hablamos de personas actuales, de 2018, de hacer memoria para conectar ese pasado con la construcción de la transformación de nuestro presente. Y más hoy en día que la situación se está volviendo más y más autoritaria.

- Suenan solo dos voces, una muy limpia y la otra muy tratada... ¿en ese contraste surge la magia?

- Yo diría que todo está muy mezclado y en realidad son juegos y colores para expresar una misma idea.

- Aunque el peso de la voz, esa emotividad en canal hace que no nos atrevamos ni a respirar...

- Yo sí respiro (risas), lo necesito hacer para cantar (risas). No sé, cada uno recibe y vive la música a su manera, pero, por favor, respirad (risas).

- Hay momentos que me producen sensación parecida al Sisa más antiguo de Música Dispersa, y al Riba de 'Dioptría', incluso a Teresa Salgueiro, de Madredeus, sin embargo hacen una versión de Ovidi Montllor, ¿y eso?

- Para nosotros Ovidi fue uno de los personajes que durante la dictadura fue reconocido porque su música fue muy crítica; pero luego en la Transición y la socialdemocracia se le apartó porque seguía siendo igual de crítico y ya no interesaba. Para nosotros es un referente, y esa canción ('A la vida') me permite la posibilidad de hablar desde lo íntimo de algo más abierto y global. Lo colectivo está hecho de intimidad, todos la compartimos, y esta intimidad nos acerca los unos a los otros. Sus palabras son muy sinceras y muy crudas.

- ¿Han pensado o probado en sumar más personas y sonidos?

- De cara al próximo disco seguramente sí. En directo se suma David Soler, pero queremos seguir investigando y lo próximo va a ser muy diferente en sonido y concepto. Nos apetece mucho.

- Veo que igual van a festivales de pop, de jazz que de folk o San Jordi y la feria del libro, como en Granada... ¿Hay alguna audiencia especialmente receptiva?

- Eso nunca lo sabes, vamos de sorpresa en sorpresa. Pero lo que estamos viendo en los conciertos es gente joven, de nuestra edad, pero también viene gente mucho más mayor... nuestro público es transgeneracional.