MARTIN PAGE  |  Madrid, 24/04/2018

Wes Anderson de alguna manera es mainstream, reconozcámoslo. Su manera de hacer cine desde luego no lo es, pero debido a la "instagramización" y "pinterestizacion" de casi todo el gran imaginario pop de sus películas, cada trabajo del reconocible cineasta norteamericano se convierte en todo un fenómeno popular y mundial.

En este caso con 'ISLA DE PERROS', segunda película de animación que realiza tras la irreverente y divertida 'Fantastic Mr. Fox', y que al igual que la película basada en el relato de Roald Dahl, vuelve a recurrir a la stop motion: técnica artesanal trabajada a partir de muñecos y maquetas y rodada frame a frame, para plantearnos una fábula sobre la miseria de la condición humana a través de una (ya) legendaria galería perruna que habita un futuro distópico en el que una megalópolis japonesa ha decidido (por intereses comerciales y farmacéuticos) acabar con los perros, pero antes de exterminarlos los exilia a una isla repleta de basura.

Pues bien, el resultado no puede ser más sencilla y espectacularmente abrumador (un trabajo que en palabras del director "le ha llevado 3 años sentado delante de un ordenador") y nuestro director pop favorito nos obsequia con un espectáculo visual detallista y memorable que acaricia nuestra retina con imágenes y diseños increíblemente preciosistas mientras que con su habitual e irónico sentido del humor consigue unir fábula oriental con peli de aventuras y nos sumerge (con muchísimo respeto sobre la cultura oriental) en un Japón donde se respira a Ozu, Mizoguchi y a Kurosawa y donde los sentimientos humanizadamente perrunos resultan perfectamente reconocibles gracias a las voces de sus colaboradores habituales: Bryan Cranston (inmenso, inmensísimo), Edward Norton, Bill Murray, Frances McDorman, Scarlett Johansson, etc., que dotan a la película de una expresividad genuina nunca vista antes en una película de animación. Por supuesto la selección musical está a la altura de su filmografía habitual y la partitura que compone para la ocasión Alexandre Desplat (con el que ya ha trabajado en varias ocasiones) adorna y complementa perfectamente su intensidad dramática.

En definitiva, 'Isla de Perros' es una gran película heroica y de aventuras, que destila ternura y amistad por todos sus poros y, que sin disponer de tanta chispa informal como la que tenía 'Fantastic Mr. Fox', el director texano nos revela, con su estilo tan personal e intransferible, un gran componente crítico que la convierte en un largometraje de fuerte y contestatario carácter político.

Sin duda, el mundo es un planeta mucho más acogedor con Wes Anderson dentro de él.