VALLE  |  Barcelona, 19/04/2018

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas pero, como en todo, hay excepciones. En mi opinión, una de ellas es la segunda película de la saga 'Terminator'. El Terminator viaja de nuevo desde el futuro a nuestro presente pero esta vez para proteger al adolescente que será el líder de la resistencia y, pese a la disparidad de su naturaleza, época y lenguaje usado (uno técnico y robotizado y el otro lleno de modismos y desenfadado), ambos consiguen interactuar, aprender y hasta llegan a comprenderse.

'Babasha' es otra gran excepción que contradice al refrán mencionado. Se trata del segundo trabajo discográfico de MARINA HERLOP que saldrá a la venta el próximo día 15 de mayo. Un álbum tan experimental como arriesgado que al principio me sonaba a disco autobiográfico. Pero no. El profundo poso que deja en mí no era de algo vivido, era de algo que ella está sintiendo. Aunque parezca una locura, creo que Marina Herlop en 'Babasha' nos habla de nuestro día a día. Sin embargo, se aleja para hacerlo desde otra perspectiva, desde otro tiempo y, aunque no deje de hablarnos del presente, a veces parece que lo hace desde el futuro al pasado como un Terminator musical que nos avisa y nos protege. Es entonces cuando su bello canto lírico suena a promesas rotas y a sueños que no se cumplirán. Esa es la sensación que me producen canciones como 'Odessa', 'Naga', 'Kush' o 'Dynd'. No, no busquéis traducciones a estos títulos porque Marina Herlop canta en un idioma que ella misma se inventa. Quizás lo hace porque su composición es intuitiva, quizás porque las sabias melodías de su piano le exigen unas sílabas musicales inexistentes o quizás porque, simplemente, no hay palabras para describir sus sentimientos pero, a pesar de que nadie conoce el marinaherlopés, al escucharla, se consigue interactuar con su música y se llega a comprender.

Marina Herlop en 'Babasha' no se queda solo ahí. Su experimentación pretende llegar más lejos y, gracias a los ecos de voces y a ligeros arreglos electrónicos, en otras canciones realiza otro salto en el tiempo pero esta vez al contrario. Esta vez parece viajar al pasado para, desde allí, hablar del futuro, o sea, para seguir hablando de nuestro presente, de nuestro día a día. Así, en temas como 'Bus II', 'Nodnol' o 'Geble', se escuchan murmullos o risas apagadas en forma de psicofonías y se pueden ver las gotas de lluvia en la ventana y sentir los besos que no se dieron. Besos que solemos mitificar hasta llegar a pensar que hubieran sido los más preciosos aunque, tengo mis dudas porque, ya sabes Concha, SPNB. No obstante, el tema que más me gusta del álbum es 'Fledra' porque te deja perplejo cuando de repente, en mitad de la canción, amanece.

Dejando a un lado mis teorías sobre los viajes en el tiempo que realiza Marina Herlop cuando compone, lo que no hay duda es que 'Babasha' es un disco magistral con una insólita y profunda belleza a flor de piel donde una espléndida voz lírica y un prodigioso piano se complementan y se mezclan de tal forma que a veces no se sabe quien acompaña a quien.

Como os decía al principio de esta reseña, el robot Terminator, gracias a su relación con el adolescente y futuro líder, llega a comprender tanto a la humanidad que al final de la película pronuncia la frase "ahora sé por qué lloráis". Estoy convencido de que, a pesar de su naturaleza experimental y de su idioma inventado, comprenderéis y amaréis tanto a 'Babasha' que llegara a ser un LP imprescindible al que nunca le podréis decir "sayonara, baby".