PAZ MADRID  |  Granada, 14/04/2018

Nada hacía sospechar de su regreso hasta que el pasado mes de enero lo confirmaron ellos mismos. HORA ZULU vuelve a la carga y lo hace con una fecha clave. 7 de abril en Industrial Copera. Un sueño hecho realidad para los miles de seguidores zulús que esperan su vuelta al escenario como 'Agua de Mayo'.

Que son profetas en propia tierra es algo que ya se sabe desde que acostumbraron a cerrar sus giras nacionales en la ciudad de la Alhambra, llenando hasta los topes las salas más grandes de la capital. Aun así, la capacidad de convocatoria sigue sorprendiendo, con un Sold Out que llenó incluso la segunda planta de la sala para verlos.

En esta ocasión, y para las que vienen, seguirán siendo cuatro. Cuatro fundadores de la magia zulu hace más de 15 años. Paco, Javi, Alex y Aitor, sin trucos ni artificios, más allá de la premeditada decoración del escenario que estrenaban y en el que no podía faltar la estrella nazarita, uno de los símbolos adoptados por la banda.

Lo que bien empieza, bien acaba

El trabajo bien hecho se nota y los chicos de Hora Zulu saben o deben, a estas alturas, que el sonido es una de sus grandes bazas en directo, para bien o para mal. La distorsión de las guitarras (que en esta ocasión era solo una) y el bajo, junto a la atronadora batería de Cordovilla hacía difícil muchas veces escuchar de forma clara la voz de Aitor.

En consecuencia, con un mes de antelación, la banda se reunió en la sala para definir su puesta en escena, fortalecer el sonido y diseñar un show de luces en un escenario impactante. El resultado fue el mejor sonido que Hora Zulú ha ofrecido en directo en nada menos que quince años, según la humilde opinión de una fiel seguidora desde su primer disco. Desde entonces (2002), las ocasiones han sido incontables para poder comparar.

Un setlist vertiginoso

La lista de canciones se presentaba interesante y adaptada a las dos horas de conciertos que dieron. 21 temas, 19 de ellos clásicos de sus cinco discos. La ecuación no podría rozar más la perfección.

Para comenzar, algo nuevo. El segundo sencillo de los dos publicados hasta la fecha para anunciar su próximo disco, 'Y si acaso', con R de Rumba, sirvió para ilustrar un comienzo potente. La temperatura se fue elevando con el repaso a toda su discografía que dejó perlas del primer disco como 'Tango', 'Tientos' o 'Y no protesto', con su clásico pogo al estilo más punkarra que nos brinda su final. También hubo momento para presentar el primer sencillo de su próximo álbum, 'Beatus Ille', lanzado un mes antes y ya interiorizado entre los fans.

El público se hizo uno para corear cada tema de la banda. Y aunque difícil es elegir entre tanto bueno, los fieles a su carrera coincidimos en afirmar que la selección fue satisfactoria. Sonaban compactos y eso se notaba. Nos hicieron disfrutar como nunca con temas como 'De-querer-ser, 'El alma y los pies', 'Con las Trenzas de tu Pelo', 'Ya que te pierdo', 'Toma y Obliga' o 'Mis barraqueras'.

Tras una salida de escena, y a los gritos de los que esperábamos aún más, aunque las energías cada vez fueran a menos, volvieron para otra dosis de pura energía con 'Camarada' y otro reguero de temazos que iban haciendo mella en el respetable. La traca final, bien estudiada, vino con el trío que acostumbran a poner en la lista para cerrar. Nada menos que 'Agua de mayo', el éxito de sus éxitos; 'Andaluz de nacimiento', capaz de hacer sentir andaluz a un valenciano y 'A ver si me entiendes', un tema con sello propio: actitud, rebeldía y mucho rockmetal con sabor sureño.

Por poner algo de contrapeso en la balanza de la ilusión que da ver a una de tus bandas favoritas dar un gran concierto, apuntaré lo en falta que echamos las colaboraciones habituales que suelen darse con la banda en Granada. La grandeza del concierto y la cobertura mediática que ha tenido hace pensar en la banda como una de esas importantes confirmaciones para muchos de los grandes festivales de este verano. Así sea.