VALLE  |  Madrid, 15/03/2018

Sí, era él. Inconfundible. Sus ojos rojos fosforitos, sus orejas puntiagudas, sus colmillos retorcidos, sus pezuñas de cabra en lugar de pies... Pero lo sorprendente era verlo ahí, saliendo del Inem. No pude evitarlo y me acerqué a preguntarle.

- Pero Satanás... ¿qué haces aquí? ¡No podía creérmelo cuando te he visto! ¿Es que tienes problemas de empleo?

- Hola, Valle. Sí, hace años que estoy en paro. Es insoportable. La competencia es brutal y me superáis en todo.

Lo miré de cerca y sin duda lo estaba pasando mal. Lo vi en los huesos y su alma negra empezaba a clarear.

- Pero Satanás, ¿estás buscando bien? Con tus aptitudes seguro que hay algo para ti en el campo de la política.

- ¡Qué va! Fue lo primero que miré. Ya me han dicho que no valgo. Yo solo sé mentir siempre. Pero esto de mezclar verdades y mentiras es muy complicado para mi. ¡Es tan retorcido! Además, yo no puedo evitar odiaros a todos por igual. Sin embargo, lo de odiar según como penséis, se me hace muy cuesta arriba. No está en mi naturaleza.

- Pero, no lo entiendo. Tienes una experiencia de muchos siglos en maldad.

- Eso ya no les importa. No valgo ni para matar niños. Yo huyo a carcajadas cuando mato. Los asesinos de ahora son capaces de ponerse camisetas con la foto del pequeño, abrazar a los padres, simular tristeza por el suceso y hacer como que ayudan a buscar mientras van escondiendo el cadáver y alargando todo lo que pueden el sufrimiento y el dolor. Me superáis.

Vi que sus lágrimas de fuego azul asomaban de sus envejecidos ojos y empecé a sentir compasión por él.

- Algo se podrá hacer, Satanás. Aunque empieces otra vez desde abajo con un empleo malo como violador o algo así...

- Imposible. Yo trabajo solo. Eso ahora lo hacéis en manada y después sabéis echar la culpa a la víctima. No tengo narices para hacer eso.

- ¿Y de terrorista?

- No, yo me nutro de vuestro miedo. Moriría de hambre si alguien justificara mis absurdos actos. Imagínate qué sería de mí si me aplauden o me hacen homenajes.

Derrotado, continuó hablándome.

- No, no sé usar tanta hipocresía, no sé usar tanta falsedad. Me habéis vencido. Os abandono. Me vuelvo al séptimo círculo del purgatorio donde aún queda remordimiento del que alimentarme. Donde todavía hay conciencia, de la buena y de la mala, con la que cobra sentido mi maldad. Ya no hay Dios ni Demonio que pueda ordenar este desorden que habéis montado.

'Disorder' es el nombre del último LP de los canarios TEXXCOCO. Un trabajo que a caso hecho se muestra desordenado porque resume las emociones vividas durante el último año de la banda. Un compendio de oscuros estilos donde destacan el punk, el garage, el grunge, pero también un luminoso noise, algo indefinible, algo cálido que surge inevitable de las latitudes de su procedencia y que clarea su alma negra. Toda esta desordenada mezcla nada casual hacen de 'Disorder' un disco único. Un álbum que empezó con una tonta polémica debido a que el puritanismo de YouTube censuró su primer vídeo clip porque enseñaba muchas tetas. El clamor popular ante esta absurda censura hizo que YouTube rectificara su estúpida decisión ya que a nadie puede escandalizar a estas alturas que la cantante Adriana Moscoso nos muestre sus tetas, pero espero que todos puedan revolucionarse como lo he hecho yo cuando ella nos muestra su inteligencia en las letras y la música de este trabajo. Siempre he pensado que de poco sirve cuando las feministas nos enseñan sus cuerpos desnudos pero que, sin embargo, los endebles cimientos de nuestro mundo tiemblan cuando una mujer nos enseña su inteligencia. Eso exactamente es lo que hace Adriana. Se desnuda en las letras y con un tono de voz desangelado, depresivo, a veces delirante y con un color doveriano nos canta espléndidamente sobre su falta de control, sobre trastornos mentales, sobre ansiedades, sobre emociones, sobre la vida.

'Disorder' parece un claro homenaje a Joy Division ya que también es el nombre de una de sus míticas canciones pero, además, suena a muchas cosas. Yo diría que es un álbum enriquecedor que, con una sólida base rítmica a cargo de la siempre potente batería de Cristian Muñoz y las rápidas líneas de bajo por Joshua Delgado, dejan un amplio espectro dentro del post punk para que Héctor Pérez con la guitarra y la mencionada Adriana Moscoso se muevan libremente entre las diferentes influencias del grupo como Afghan Whigs o Interpol e introduzcan arreglos genuinos que al mismo tiempo los distingan de todos.

Texxcoco, en definitiva, hacen un maravilloso trabajo con 'Disorder' que lo presentarán en Madrid el próximo viernes 16 de marzo en la sala Moby Dick donde podréis escuchar joyas como 'Crazy Mama', 'No Control', 'Depressure', 'Velvet Love' o 'Lucifernando'.

No sé si volveré a Lucifernar tras saber de primera mano que Satanás acaba de desterrarse voluntariamente al séptimo círculo del purgatorio porque ya no puede con nosotros. Pero si alguna vez volviera a encontrarme con él, le pediré que vuelva. Sí, necesito que alguien pueda dar algo de sentido, orden y lógica incluso al mal. Ya no entiendo nada y no consigo consolarme ni conformarme ni siquiera dibujando un pescadito.