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La cineasta y escritora Mabel Lozano narra, con sencillez y honestidad, sin caer en el amarillismo, en 'El Proxeneta' (Ed. Alrevés), la historia real de Miguel, alias ''El Músico'', un arrepentido capo de la trata de seres humanos. La castellanomanchega prepara un nuevo documental sobre el negocio de la prostitución, 'Paso corto, mala leche', que comenzará a rodar en unos días.
MABEL LOZANO lleva desde 2005 denunciando la compra-venta de mujeres con fines de explotación sexual. Son ya varios los documentales con los que la directora ha denunciado la trata de seres humanos; dos de ellos son: 'Voces contra la trata de mujeres' y 'Chicas Nuevas 24 Horas'. El próximo documental de la cineasta castellanomanchega será 'El Proxeneta. Paso corto, mala leche'. Pero éste ya lo ha materializado en forma de libro (Ed. Alrevés), que es lo que me gustaría tratar en este artículo.
Con este explícito título, 'EL PROXENETA', nos encontramos un texto igual de claro y directo que cuenta la historia de Miguel, alias "El Músico", un "exproxeneta" arrepentido que detalla con pelos y señales cómo pasó de portero de puticlub a capo de la trata de seres humanos. Lo que más me ha enganchado del libro es su sencillez y honestidad. Es de una lectura fácil y dura por su contenido sin adorno alguno, pero que no cae en el amarillismo de hacer sangre con unos detalles innecesarios.
Lo más duro es quizás ese "zas" en toda la cara que nos merecemos todos y todas ante una realidad más que visible en nuestros pueblos y ciudades que, con luces de neón y grandes espacios, parece invisible a nuestros ojos. Me he sentido abochornada porque siempre me ha parecido que la trata de personas con fines de explotación sexual es lo peor que cualquiera puede sufrir; el caso es que siempre piensas que eso está lejos y que no estará pasando en nuestro país; que seguro que son mafias extranjeras y que nosotros no tenemos nada que ver con eso. Queremos creer que las prostitutas ejercen libremente y que nadie las explota, no en España.
Pero SÍ, en nuestra ciudad o pueblo hemos tenido o tenemos cientos de chicas que son esclavas sexuales gracias al silencio o colaboración de todos, directa o indirectamente. Afortunadamente, también hay gente que lucha por erradicar esta lacra, asociaciones como Apramp, o la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales de la Policía (UCRIF). Pero, ¿qué pasa cuando las esclavas sexuales son "producto nacional"? ¿Actuaremos entonces? Debemos actuar ya contra la esclavitud sea de donde sea.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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